Renacer en el Incendio: Me Casé con Mi Salvador romance Capítulo 123

El semblante de Natalia se puso blanco como una hoja, pero se recompuso rápido y, señalando a Karina, le gritó a todos:

—¡¿Lo oyeron?! ¡Hasta la señorita Karina lo admitió!

—¡SenTec sí se va a ir a la quiebra! Mejor hay que buscar otro trabajo de una vez.

Karina la miró con dureza. Lanzó una mirada a Natalia y soltó una orden que retumbó en la sala:

—Recursos Humanos, tramiten su baja de inmediato. Y que quede vetada para siempre.

Natalia chilló, fuera de sí:

—¡¿Por qué?! ¡Yo tengo años en la empresa, no tienes derecho a correrme así!

—Por andar desestabilizando al equipo —le respondió Karina, recorriendo con la mirada a todos los presentes—. Yo quiero que SenTec sea como una joya, brillante y unida, no un montón de arena que cualquiera puede pisotear.

—Cualquier persona que venga a ensuciar o querer romper lo que construimos aquí, la saco sin pensarlo dos veces.

Hizo una pausa y, de pronto, se permitió una sonrisa tranquila, que pareció calmar el ambiente.

—No se preocupen. SenTec no va a quebrar. Sus sueldos, yo los cubro de mi bolsa. A más tardar mañana, cada quien tendrá su pago en la cuenta.

—Si logramos aguantar este mes, y cuando llegue el primer pago del proyecto Panorama de Casa, SenTec va a superar a todas las filiales del Grupo Galaxia.

—Cuando eso pase, a todos los que se queden, les duplico el sueldo.

Al principio hubo un silencio sepulcral, pero de pronto, la sala explotó en aplausos y gritos.

—¡Señorita Karina es la mera mera!

—¡Nosotros sí confiamos en usted!

Solo Natalia, llena de rabia, seguía protestando.

—¡Eso no es justo! Si me vas a correr, quiero mi liquidación. He trabajado aquí años, aunque no tenga logros, sí me he partido el lomo.

Karina la miró y, de repente, soltó una sonrisa que no prometía nada bueno.

—Perfecto. Mañana te espero para darte tu dinero.

...

De regreso en su oficina, Karina sacó su celular y le mandó un mensaje a Sebastián.

[¿Ya averiguaste algo?]

Ella había estado observando a todos en la empresa, pero Natalia siempre le había parecido sospechosa: se la pasaba pegada al teléfono en la salita de bebidas o en las escaleras, siempre eludiendo las cámaras.

Por eso le pidió a Sebastián que la investigara.

El celular vibró rápido.

[Descubrí varias cosas. Esta mujer está metida en un lío serio. Tengo pruebas, pero te las tengo que dar en persona.]

[Entonces ven a mi departamento en la noche.]

[¿Eh? ¿A tu casa, Karina? Si tu marido se entera que llego tan tarde, me va a partir la pierna...]

[Lázaro también va a estar. Incluso puedo invitar a Belén.]

[¡Va! ¡Pásame la dirección!]

Karina hizo otra llamada.

—Jimena, porfa, prepara más comida en la noche. Vamos a tener invitados.

...

Esa noche.

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