Renacer en el Incendio: Me Casé con Mi Salvador romance Capítulo 67

La señora Nieva se llevó un buen susto con él.

El señor Nieva reaccionó de inmediato, colocó a su esposa detrás de él y empujó a Valentín con fuerza, gritándole:

—¡Valentín! ¿Qué te pasa? Ya sé que tienes fama de galán, pero tampoco es para que te enamores de cada mujer que ves. ¡Esta es mi esposa!

Fátima se adelantó apresurada, disculpándose con la pareja Nieva.

—Señor Nieva, señora Nieva, de verdad, lo siento mucho. Valentín solo estaba tan alterado por mi culpa.

—La verdad es que yo tenía muchas ganas de tener esa “Galaxia de Amor”. Karina y yo somos buenas amigas, y Valentín pensó que Karina la había comprado para regalármela.

El señor Nieva soltó una risa burlona.

—¿Buenas amigas? Lo que yo escuché es que Valentín te prefirió a ti y dejó plantada a Karina. No pensé que a Valentín le gustara ese tipo de mujer.

Su voz sonaba cargada de desprecio.

—En fin, qué lástima que se llevaron una decepción. Karina es lista, ¿cómo iba a juntarse con gente que apuñala por la espalda? Por eso mejor eligió a nosotros, Panorama de Casa, y le dio la cadena a mi esposa.

La señora Nieva, aferrada al brazo de su esposo, sumó su comentario, tan cortante como el hielo.

—Ah, así que tú eres la que le robó el prometido a Karina, ¿no? Y el que tienes al lado es el que traicionó a Karina. Vaya pareja que hacen, de verdad que son el uno para el otro.

El rostro de Valentín se endureció al punto de que parecía que podía partir una piedra con la mirada. El ambiente a su alrededor se volvió sofocante.

Sin decir palabra, tomó a Fátima del brazo y la arrastró consigo para marcharse.

—Valentín, ¿por qué no les respondiste nada? Nosotros sí estamos enamorados de verdad —le preguntó Fátima, sin entender—. ¿O es que Karina les contó algo sobre nosotros?

Valentín se detuvo en seco. En sus ojos se arremolinaba una furia oscura y peligrosa.

—Últimamente le he quitado algunos proyectos importantes tanto a Grupo Juárez como a Panorama de Casa. Que estén ardidos, es normal. Lo que no esperaba es que Karina, con tal de molestarme, se aliara con ellos y anduviera difamándonos a nuestras espaldas.

Se le dibujó una sonrisa cruel en los labios.

—Pero no importa. Muy pronto, voy a quedarme con Panorama de Casa. Todo lo que está haciendo ahora será tiempo perdido.

...

Mientras tanto.

Belén conducía su carro rumbo a una elegante residencia para adultos mayores en las afueras de la ciudad, llevando a Karina en el asiento de copiloto.

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