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Renacer sin Perdón romance Capítulo 1232

Cuando la videollamada se conectó, Rosana vio a Dionisio en bata de baño, con el pelo aún goteando agua; era obvio que acababa de salir de bañarse.

El cabello le caía sobre la frente, y sus ojos alargados se mantenían fijos en la cámara con una claridad tan intensa como descarada.

La voz de Dionisio sonó tranquila, sin titubear:

—Te extraño mucho.

Rosana, sentada en la cama, sostuvo el celular mientras lo miraba:

—¿Tuviste mucho trabajo hoy?

—Nada fuera de lo normal.

Dionisio alzó apenas una ceja, con un gesto juguetón:

—¿Y tú? No me has dicho si me extrañas.

Rosana apretó los labios, un poco apenada, sin poder evitar que se le marcara una pequeña sonrisa:

—Claro que sí, te extraño.

Al escucharla, Dionisio esbozó una sonrisa leve, satisfecho, y se recargó de manera despreocupada en el cabecero de la cama, con la mirada intensa y profunda:

—¿Sigues en casa de los Lines?

—Sí, Román ya se fue.

—Eso significa que Sara está bien.

Rosana asintió, dejando ver una sonrisa tranquila:

—Sí, ya todo pasó.

—Sobre la investigación del accidente, todavía no hay pistas claras. El responsable lo planeó con mucho tiempo y, además, el clima ese día no ayudó. Si se escaparon por la montaña, la verdad es que encontrar rastros va a estar difícil.

—Lo sé, pero ahora ya sé quién está detrás de todo.

Rosana miró a Dionisio, dudó un segundo y confesó:

—Aunque la manera en que obtuve esa información es... bastante extraña.

—A ver, cuéntame, ¿qué tan raro es?

Rosana le echó una mirada a Dionisio, luego se animó a decir:

—Soñé algo. Un sueño larguísimo.

Rosana le relató todo lo que había vivido en su "otra vida", pero lo disfrazó como si solo fuera un sueño.

Usó la misma estrategia que Román, y le contó cada detalle de lo que pasó en esa vida pasada, pero bajo la excusa de un sueño muy real.

Dionisio la escuchó con atención, sus ojos reflejando cierta duda.

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