—¿¡Quién eres!?— pregunta con arrogancia, no soporta que alguien se le acerque sin su consentimiento
No la escucha murmurar más, la respiración de Sebastián se vuelve agitada, odia ser un maldito ciego.
—¡Habla!— gruño furioso, pero no le dan respuesta
Acerca su bordón . —¡Estás en serios problemas!— vuelve hablar, porque si está mujer le está haciendo una maldita broma, le hará pagar.
Sebastián se arrastró un poco hacia ella, acerca su mano lentamente a su rostro orientándose por el sonido de su respiración.
Al tocarla, siente una extraña sensación en su cuerpo, su piel es tan agradable que apetece tocarla más, pero luego recrimina sus pensamientos, para divagar en teorías sin sentido, si quizás alguien la envío para hacerle daño, pero todos esos pensamientos se esfumaron al oír abrirse la puerta del asiento del conductor.
—feliz cumpleaños... ¡Mierda!— exclama Leandro al ver aquella hermosa mujer inconsciente en el asiento de atrás
—¡Infeliz! ¿Como te atreves a buscar a una mujer? Sabes que si yo quiero coger, te aviso, y muy en claro te deje ¡¡NO QUIERO CELEBRAR ESTE DIA!!
—¡espera, yo no traje a esa mujer!— Leandro mira a su alrededor y puede ver a unos hombres con una actitud extraña, buscando a alguien, por lo que sube al auto y luego le coloca seguro a las puertas.
—¿Qué está pasando? Si está mujer no fue enviada por ti, entonces sacala, aborrezco su presencia
—algo le pasó a la chica, deberías bajar un poco la guardia
—¡NO! No quiero que esté en mi auto— habla con voz de mando
Pero se enfada más, cuando Leandro, le lleva la contraria, empieza a respirar profundamente, pero ese perfume de rosas es muy intenso, y no es que sea repugnante, de hecho cautiva.
—¡Leandro! Soy tu jefe, no puedes desobedecer mis órdenes
—si puedo, porque somos como hermanos ¿Lo olvidas? Déjame ayudarla, de verdad no se ve nada bien
—¡no me interesa!, suficiente tengo con mi puta vida, para meterme en asuntos de los demás
—por favor, déjame llegar a casa y poderle ver bien, no te voy a comprometer con ella, aunque para ser sincero, es realmente hermosa
Sebastian hace silencio, no piensa discutir más con Leandro, sabe que han llegado a casa, al escuchar las grandes rejas correrse para dar entrada.
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