— Ahora sí puedes continuar
Suspiró con la respiración acelerada pero devorando esos pechos al descubierto listo para hacerlos sufrir pronto. Danielle, volvió a llevárselo a la boca y con ayuda de su puño comenzó a bombearlo con fuerza, succionando y succionando para hacerlo perder la cabeza disfrutando de sus quejidos, esos grititos masculinos que la excitaban con tanta facilidad debiendo apretar sus muslos para concentrarse en hace que su novio se corriera
— ¡Mierda, me estás matando!
Desesperado por sostenerse de alguna parte se tiró al sofá invirtiendo posiciones, Nicholas, con las piernas abiertas recostado sobre el respaldo del sofá y Danielle, de rodillas entre sus muslos dándole la mejor mamada mañanera de su vida. Cuando unos minutos más tarde Nic, estalló, Danielle, apartó su boca y lo bombeó con ambas manos prolongando su eyaculación todo lo posible, dejándolo fuera de servicio
— No…, no te…, no voy a…, no vas a…
— Tenemos todo el tiempo del mundo —le recordó sabiendo que lo que intentaba decir era que no iba a dejarla irse a ninguna parte
— Mierda, que…, desastre has, has montado traviesa
Jadeó observándola aun sentada en el piso entre sus piernas cómodamente apoyada sobre sus brazos en uno de sus muslos mirándolo con esos grandes ojos azules brillantes, cargados de deseo
— Perdón, no me gusta tragármelo —le sacó la lengua de modo infantil
— Usa esas tetas deliciosas para limpiarme
— ¿Tan pronto estás listo para el segundo round?
— Apenas pueda moverme será mi turno de comerte con la boca, ahora necesito verte haciendo lo que te pedí
— Como diga don depravado
Mordiéndose el labio ante aquella petición se incorporó sobre sus rodillas y tomando sus pechos lo guio sobre el pene de Nicholas, y toda su pelvis empapada de su semen aun tibio dándole un lento masaje con sus pezones apretándole su semi erección con las tetas.
— ¡Mierda! ¡No sé cómo he vivido tanto tiempo sin ti!
— Qué cursi te la chupan —rió a carcajadas
— Esa boquita sucia ¡tus tetas me ponen cursi!
Se quejó mientras ella reía a carcajadas por su expresión tan seria incluso estando desnudos. Pero su mañana estaba siendo memorable y aun no acababa, ahora era su turno. Agarrándola por las axilas la levantó con él, acomodándola en el sofá a lo largo, no esperó a que abriera las piernas, el mismo se abrió paso hasta llegar a su centro y hacerla gritar de placer al sentir su lengua intentando entrar, penetrarla con tanta urgencia.
— ¡Me vas a arrancar el clítoris si sigues así!
Gritó desesperada jalándolo del pelo, su barba entre las piernas era un puto placer y Nicholas, lo sabía. Hizo que se corriera y devoró cada gota de su placer dejándola agotada. Se recostó de lado abrazándola con uno de sus brazos mientras recobraba el aliento
— Voy a pasar el día contigo, me niego a separarme de ti así que si tenías planes tendrás que incluirme en ellos
— Tengo que cuidar a Ava ¿de verdad quieres ser niñero?
— No quiero romper nuestra burbuja, me siento increíblemente bien justo ahora, contigo así, pegada a mí —le apretó la cintura con posesión
— Yo también me siento bien justo ahora
— Entonces te voy a preparar el desayuno, los postres no son muy nutritivos
— Tenía fruta —hace un puchero
— Traviesa –negó divertido—. ¿Tienes frío? Puedo subirle a la temperatura, no quiero que te vistas aun
— Solo súbele un poquito
Besándola con calma la hizo rodearle la cintura y con ella aferrada a su cuello reguló la temperatura y la sentó en el mesón de la cocina mientras reunía todo lo que necesitaba para darle de comer. En poco tiempo montó un gran plato con fruta fresca, preparó huevos revueltos y tostadas.
— ¿Quieres otra taza de té o prefieres un poco de jugo?
— Puedo lidiar con una taza de café con leche, más leche que café
— Eso es una novedad ¿ahora te gusta la tierra? —preguntó risueño recordando sus palabras
— En realidad ese petróleo me ayudaba a mantenerme despierta
— Te voy a preparar el mejor cappuccino que beberás en tu vida
— Pero…
— Confía en mí
Extendiendo los brazos le pidió que se acercara, lo hizo de inmediato, dejó las tazas y le rodeó la cadera apretándole el trasero mientras se besaban dulce e inocentemente.
— Confío en ti, voy a beber lo que me des sin escupirlo, lo prometo
— ¿Sabes lo delicioso que es escucharte decir que confías en mí?
— No, no, no, te aguantas, no me gustan los huevos recalentados
Lo detuvo sabiendo exactamente lo que significaba su pregunta, aunque era más una confesión. A este hombre lo calentaba todo. Y eso la excitaba hasta la locura.
Desayunaron desnudos en el sofá mirando las caricaturas de Danielle, se besaron entre bocados. Se dieron de comer. Bebieron cappuccino juntos de la misma taza y luego reposaron antes de un último round y meterse a la ducha por separado, o no saldrían de allí
De camino la casa de Amanda, pasaron por su computadora que en realidad era la de Aaron, entonces Nicholas, recordó que uno de los últimos regalos que le hizo fue un portátil nuevo, así que se lo preguntó
— Lo lamento Nic…, yo, yo lo perdí —bajó la mirada a su regazo avergonzada
— Cariño es solo una cosa material, no te angusties —extendió su mano para darle un suave apretón a su muslo
— Perdóname
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