Resumo de Capítulo 307 – Uma virada em Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate de Internet
Capítulo 307 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Reencarnación, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
¡El rostro de Jorge se tornó de golpe pálido!
¡No podía creer que Alicia realmente se hubiera atrevido a hacer algo así!
Alicia torció la noca: —Las pruebas son irrefutables, además de que hay muchos testigos. Creo que el Grupo García no tiene ninguna excusa, ¿verdad?
El director se acercó y dijo: —Los demás pueden retirarse. Nos aseguraremos de manejar este asunto y emitiremos un comunicado oficial cuanto antes.
Había que dispersar a la multitud antes de que el incidente se saliera de control y tuviera consecuencias negativas.
Una vez despejado el lugar, el director habló con tono claro: —Presidente Jorge, creo que no hace falta que le explique la verdad. Según el reglamento, su empresa queda descalificada de la licitación.
Por muy poderosa que fuera Grupo Financiero García, las reglas son las reglas y no podían romperse como quisieran.
Al escuchar el veredicto, Jorge miró fijamente a Alicia y preguntó con frialdad: —¿Ahora ya estás satisfecha?
Alicia alzó ligeramente los párpados y respondió con indiferencia: —Más o menos. Gracias por la demostración en persona.
Furioso, Jorge levantó la mano y señaló el rostro de Alicia: —¡No te atrevas...!
Pero Alicia apartó su mano de un manotazo y le replicó con frialdad: —A esto se le llama justicia.
El representante de Grupo Andes intervino, deteniendo a Jorge: —Señor, Alicia no los obligó a robar la idea, y mucho menos los forzó a usarla. ¡Todo esto fue consecuencia de sus propias acciones! ¿Con qué derecho la culpan a ella?
Al principio, el representante había pensado que Alicia había sido demasiado excesiva al cortar lazos con su familia.
Pero ahora, ya no lo creía así.
¡Había hecho lo correcto! ¡Una familia así no valía la pena!
Jorge se quedó sin palabras y solo pudo decir con de manera torpe: —¡Esto es un asunto familiar!
—Pero ella ya cortó relaciones con ustedes. Ya no son familia.
—¡Pero Alicia siempre llevará la sangre de los García en sus venas! ¡Eso no cambiará nunca!
Alicia miró al representante y le dijo con calma: —Elías, estoy bien. Volvamos y contactemos directo a los abogados.
—De acuerdo. La idea original es tuya, así que tú decides que hacer.
El representante también estaba indignado por la actitud de la familia García.
¡Al principio parecía que la plagiadora era Alicia!
¡Cuando en realidad ella era la víctima!
—Llegados a este punto, no me queda más opción que decir la verdad.
Jorge lo leyó y luego fijó la vista en Alicia: —¿Tienes algo que decir? ¿Fuiste tú quien envió esto?
Alicia asintió: —Sí, lo envié yo.
Pero eso no significaba lo que María estaba insinuando.
No podía creer que, con tal de lavarse las manos, ella inventara tantas mentiras.
—Alicia, no imaginé que fueras tan despiadada, capaz de recurrir a métodos tan despreciables. Pero amenazar a Mari fue demasiado. ¡Si tienes algún problema, enfréntame a mí cara a cara!
María jaló del brazo a Jorge con una expresión de angustia: —Jorge, esto es entre Alicia y yo. No quiero que tú salgas perjudicado.
Jorge miró al director y declaró con seguridad: —Todo esto fue planeado por Alicia. Nosotros no sabíamos nada. No aceptamos la descalificación.
El director se quedó atónito y miró a Alicia.
Alicia, en cambio, sonrío y dirigió su mirada a María, quien se escondía detrás de Jorge: —Por cierto, hay algo que quiero mostrarles.
El rostro de María palideció de inmediato.
Ni siquiera sabía si lo que estaba haciendo realmente funcionaría.
En ese momento, recibió un mensaje de su padre: [Alicia no tiene copias de las grabaciones de seguridad.]
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