Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 351

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Alicia notó lo que él había dicho, pero no pudo reaccionar.

Sara salió del baño y preguntó: —Alicia, ¿en qué andas pensando?

—¿Quizás en qué significa cuando un hombre te dice que no hablar de dinero, solo de sentimientos?

Sara ser sorprendió y respondió: —Existen dos posibilidades.

—Cuéntame.

—La primera es que le gustas y está intentando insinuártelo.

Alicia le refuto: —Eso es imposible.

—Entonces, la segunda es que desea acostarse contigo, pero sin gastar ni un solo centavo.

Alicia no sabía si en ese momento reír o llorar, eso era aún menos probable.

Miró su teléfono y solo respondió con una serie de puntos suspensivos.

Roberto vio de inmediato su respuesta, levantó la mirada y le dijo al entrenador de boxeo que estaba al volante: —La pomada que te di la última vez, pídele al mensajero que la entregué de nuevo.

El entrenador de boxeo aceptó.

Se dirigió directo al lugar donde solía reunirse con sus amigos, se sentó y se frotó la nariz.

Valentín se acercó y dijo: —Vaya, Roberto, ¿te lastimaste el brazo? ¿Usaste una curita y encima es rosa?

Los demás se acercaron exclamando: —¡Vaya, sí que es rosa!

Uno intentó quitarle la tirita, pero Roberto le zampo un manotón para apartar su mano: —No la toques.

—¡Ay, Dios! ¡La curita ya se está despegando y no quieres que la toquen!

—Qué curioso todo esto, ¿quién te la puso? Seguro que fue una mujer.

—Si es de color rosa, probablemente la puso una joven, ¿es ya adulta?

Roberto se disgustó: —Aléjense y no pregunten.

Valentín apartó a los curiosos y se sentó al lado de Roberto: —Fue Alicia, ¿no?

Roberto no lo negó.

Valentín continuó: —¿Por qué de repente me enviaste un mensaje pidiéndome que detuviera la tarjeta de Carlos y no lo dejara ir a la casa del Sabor?

—¡Para darle una lección!

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