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Capítulo 470
Santiago lo dijo por la tarde, al ver cómo cambiaba el rostro de Jorge, supo que no se había equivocado.
Roberto se frotó cansado las sienes después de escucharlo, esto también lo tomó por sorpresa.
Santiago le expresó: —Roberto, tú podrías solucionar esto. Pero Teresa y doña Lorena parecen no estar de acuerdo con que ustedes estén juntos, si doña Lorena toma una seria posición al respecto, quizás tu influencia no será de mucha ayuda.
—No necesitas preocuparte por eso, mantén un ojo puesto en Teresa y doña Lorena.
—Roberto, no te preocupes, yo estoy de tu lado con Alicia, ¡me opongo firmemente al matrimonio arreglado con la nobleza! Pero como siempre estoy en casa vigilándolas, no puedo salir a ganar dinero, y ya no tengo ni un peso para gastar.
—Voy a aumentar el límite de tu tarjeta.
—Gracias, hermano, eres mi hermano de verdad, me aseguraré de cumplir al pie de la letra con la tarea.
Santiago, al ver su tarjeta con el límite aumentado, sonrió hasta no poder cerrar la boca, ¡definitivamente tenía que ir a recoger un auto nuevo!
...
Después de dejar la base del equipo de combate, Alicia regresó apresurada al dormitorio, exhausta se tumbó.
Sara la consoló: —Jorge hizo demasiado, para hacerte retroceder, usó métodos despreciables, ese día casi mueres.
—No te preocupes por mí, tengo un plan.
—Me siento mal por ti, teniendo tantos hermanos, y aún así, todo te fue arrebatado por María, la hija del chofer.
—Ya no me entristezco por ellos, puedo vivir bien sola. No me aferro a esos lazos familiares tan crueles.
Apenas Alicia terminó de hablar, su nueva compañera de habitación le expresó: —Pero no lo veo así, los lazos familiares son muy importantes, pase lo que pase, la familia debe unirse y trabajar juntos.
Alicia se volteó a mirar a su nueva compañera de habitación: —La mayoría de los familiares valen la pena, pero algunos no.
Sara defendió a Alicia: —No tienes idea de lo que Alicia ha pasado.
—Está bien, no hay necesidad de discutir por esto.
Alicia tampoco quería explicar la relación con la familia García delante de extraños, las personas que no te creen nunca lo harán, y ahora ella tampoco necesitaba la aprobación de otros para vivir.
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