Resumo de Capítulo 723 – Capítulo essencial de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate por Internet
O capítulo Capítulo 723 é um dos momentos mais intensos da obra Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Reencarnación, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
La frase de Alicia fue, sin duda alguna, una bomba devastadora.
Dejó una profunda huella en el corazón de todos.
María palideció al instante, casi no podía mantenerse en pie. ¡Era imposible!
Si en ese momento Alicia recordaba lo ocurrido en el trágico accidente de auto y, llegaba a decir que su padre no había muerto, o revelaba lo que él hizo en aquel entonces, ella estaría acabada.
¿Entonces no había sido cierto que Alicia todos estos años no había recordado nada de lo sucedido? ¡¿Cómo podía ser que justo ahora, en este momento crucial, lo recordara?!
Las expresiones en la gente de la familia García eran todas de completo asombro.
Vicente emocionado fue el primero en hablar: —Alicita, algo tan importante, ¿por qué no me lo contaste?
Alicia sonrió con altivez:—¿Contárselo a ustedes? ¿Pero han visto lo que hicieron? Ni siquiera investigaron la verdad sobre la muerte de mis padres, y ya estaban ocupados dándole su habitación a la hija de su enemigo. ¿No tienen miedo de pagar el precio por eso?
—¡Eso no es cierto!
María fue la primera en gritar a todo pulmón en contra: —No sé de qué estás hablando, pero estoy segura de que mi padre no era ese tipo de persona.
Marco, aunque encontraba todo un poco extraño, siguió defendiendo con vehemencia a María. Miró a Alicia y dijo: —¿Acaso crees que con solo decir que lo has recordado, todos enseguida vamos a creerte?
María suspiró aliviada de inmediato y volvió a arrojarse al pecho de Marco, llorando desconsolada.
Alicia sonrió con arrogancia:¡Veo que prefieres creerle a una extraña antes que a mí!
—Todos saben que tú y Mari han tenido roces. ¿Y si simplemente estás mintiendo? Al fin y al cabo, todos los que estaban presentes en ese entonces están muertos. ¿Quién puede probar que lo que dices es cierto?
En su subconsciente, Marco no creía que el padre de María fuera ese tipo de persona.
Jorge echó un vistazo a Marco: —Llévate en este momento a María a descansar a su habitación.
—¡Jorge!
Jorge enojado exclamó: —¿Ya ni siquiera escuchan lo que digo?
Marco no se atrevió a decir nada más y obediente se llevó a María.
Las piernas de María temblaban sin control. Por suerte Marco no creyó nada, en ese entonces no hubo testigos en la escena, y nadie creía lo que decía Alicia.
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