Una curvy para el Alfa romance Capítulo 104

Tatiana

— ¡Realmente ha sido un milagro! Y agradecemos a la diosa tenerte aquí de nuevo — decían mis niños abrazándome y llenándome de besos..

— El médico dice que has pasado por mucho y que quizás lo que te sucedió, fue debido al estrés y la tensión, y que tu cuerpo humano no es como el de nosotros. Aunque yo honestamente creo mi luna no es ninguna débil, sino que necesitaba simplemente descansar— dice Noemí contenta.

Si antes ella no se separaba de mí, pues ahora mucho menos. Ella insistía en que si hubiese tenido un mate lobo, estaba segura de que no le dejaría cumplir con todas sus funciones conmigo, por ser extremadamente posesivos.

— He obtenido un dulce mate humano, encantador y gentil. La diosa sabe exactamente qué es lo que necesita cada uno— decía ella y yo empezaba a creer que sí.

Lo que yo había vivido era algo muy extraño, sentía que estuve en un lugar fuera de este mundo. Las pesadillas habían sido horribles y era como si mi cuerpo intentara desintoxicarse de todo eso.

Pero también creo que sucedió para demostrarme que lo necesitaba él. En mi cabeza resonaban las palabras de Enriqueta, que los mates estaban unidos como almas gemelas directamente en nuestros corazones. Y todos coincidían en que yo había mejorado solamente cuando había aparecido Connor.

El lobo era todo para mí, pero también Sebastián, solo la idea de pensar estar lejos de él… era imposible de aceptar. La abuela de él decía que yo tenía elección, pero a veces creía que realmente no la tenía: él era una parte incuestionable de mí misma.

Todos se habían asustado tremendamente, y recibía demostraciones de cariño y atención de parte de los guerreros, especialmente así como de Nancy y Enriqueta. La casa prácticamente nunca estaba sola y por primera vez desde que llegué empecé a sentir que este... podría ser mi lugar.

En la primera oportunidad que estuve realmente sola en mi habitación y que dije que me iba a descansar me dispuse a ver esa caja de regalos. Había sido realmente desconsiderada y me avergonzaba de mí misma.

Pero cuando empecé a ver lo que había ahí… los pequeños regalos que él me había enviado…me sentía emocionada.

Había pequeños recuerdos: una foto de nuestra casa en el árbol ya olvidada, una caja de fósforos del restaurante donde tuvimos nuestra primera y única cita… y una foto impresa de mí trabajando en el restaurante.

No recuerdo cuando me la había tomado, pero sin duda él me veía desde lejos, Sebastián nunca me quitaba la mirada. Incluso vi una pequeña pulsera de plástico que me recordaba aquellas que usaban cuando era pequeña y estaba en la manada, ¿será que él recordaba que yo las usaba? ¿Me veía desde hace tiempo sin saberlo?

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