Una curvy para el Alfa romance Capítulo 110

Sebastián

— ¿David? ¡Gracias a la diosa! No sabes lo feliz que me hace escuchar tu voz—

— ¡Oh Alfa! Juro que temíamos lo peor luego de no saber de ustedes, pero Fabrizio y Xavier insistían en que ustedes habían escapado e iban a estar bien— me cuenta David a través de nuestro vínculo mental.

— ¿Ellos están bien? ¿Cómo está la manada?—

— Henry llegó justo a tiempo y contraatacamos con todo lo que pudimos. Él está cojeando y no va a poder moverse por un tiempo mientras la herida se cura. El Alfa y el vampiro dieron una buena lucha. Alfa Xavier recibió una mordedura, pero ya está como nuevo. No lograron entrar a la manada, pero sin duda ese no era ese objetivo…— me dice. Y yo lo sé muy bien.

— Sí, el objetivo sigue siendo Tatiana... incluso llegaron a seguirnos al bosque y escuché como decían que se la querían llevar a ella. Temo que Marco haya colocado un gran precio por mi mate— le decía yo a David. Tenía la extraña teoría de que ni siquiera lo hacía para tenerme a mí. Ese desgraciado la quería a ella a toda costa. Pero, ¿por qué?

— Es todo muy raro Sebastián, pero es mejor que estén aislados lo más que puedan. Xavier propuso hacer como si él se llevará a Tatiana a su manada, para ver cómo es la respuesta de Marco. Fabrizio tiene intenciones de montar esa trampa, no sabemos si va a funcionar— dice.

— Parece una buena idea, solo me preocupa todo lo demás, alejarme de la manada y... —

— No te preocupes Sebastián... solo cuídala a ella. Te avisaremos cuando todo esté mejor y puedan regresar—

— David, el ataque fue muy extraño y pareciera que sabían que íbamos a estar ahí... — digo, es mi mayor preocupación.

— Lo sé... necesitamos saber quién nos está delatando y cómo—

— Alguien está dando información de adentro… es la única posibilidad— decía yo y sabía que mi beta ya lo había pensado también.

— Alguien con acceso a la información de nuestros guerreros…— decía él con miedo. Teníamos el enemigo dentro, y la peor parte… es que teníamos varios sospechosos. Ese sin duda sería el primer punto cuando volviera.

Al menos ya podía comunicarme con mi gente. Solo tenía que quedarme aquí con ella un tiempo.

Y la idea me parecía fabulosa.

Había sufrido un ataque terrible, y estábamos aquí básicamente en la nada, en medio del bosque... y era la mejor perspectiva del mundo. Ella y yo solos.

— Me alegra que todo esté bien… Henry es fuerte, se va a mejorar— dice Tatiana contenta cuando le cuento las noticias.

— ¿Te da miedo estar en el bosque?— le pregunto, recordando sus dudas anteriores. Pero ella niega con la cabeza.

— Eso solo que... te ves muy hermosa…— digo y ella me da una mirada incrédula.

— ¿Hermosa? ¿En serio? ¿Así?— dice mirando su ropa y yo acaricio sus mejillas.

— Te ves preciosa como sea para mí— digo y la beso, apretando su espalda, acercándola tanto que nuestras piernas entrecruzan.

— Estoy un poco más delgada y... —

— No me importa como luzcas... aunque debo reconocer que soy adicto a tus curvas... — digo y ella suelta una risita.

— ¿Aún no me crees? Me encanta pasear mis manos, sintiendo tus curvas, apretarlas entre mis manos, besar y morder…— le digo. Y detengo solamente el beso cuando escucho algún movimiento a lo lejos.

— Ven... hay una cabaña cerca, tienes que descansar, ya mañana continuaremos con el camino—

Ya está oscureciendo, voy borrando nuestras huellas, y la tengo abrazada a ella para mezclar su olor con el mío.