Una curvy para el Alfa romance Capítulo 115

—Y tu seguridad es primero para mí Tatiana, por eso te iba a enviar con Xavier, créeme que no lo hacía porque quería o me hacía feliz, todo lo contrario, el dolor que me produce de solo pensar en tenerte lejos… — dice y yo lo abrazo.

—Yo no quiero dejarte... sea lo que haya pasado, si es el destino o algún plan de la diosa, yo ya no puedo huir de lo que siento— reconozco.

—Tatiana… es posible que en algún momento que tengamos que separarnos. Ellos te van a usar contra mí, mi amor y yo soy capaz de dejar todo por ti— dice.

—Yo necesito saber qué es lo que quieres realmente y entenderé cualquier cosa que me digas, lo juro. Si no quieres volver a la manada, si no quieres tomar tu puesto como Luna, el puesto que te corresponde, yo lo entenderé. Si quieres que vayamos más lento, si sientes que tu vida peligra en Medianoche... yo entenderé todo eso, mi amor. Estoy inclusive dispuesto a dejar la manada, si así tú lo deseas— dice él muy serio y yo lo miro asombrada, no lo puedo creer.

—Sebastián... —

—Lo digo muy en serio, no estoy bromeando, ni estoy mintiendo para quedar bien contigo. Lo digo desde el fondo de mi corazón, ya basta de presionarte y decirte que es lo que tienes que hacer. Tú estás por encima de cualquier cosa, de mi familia, inclusive de mi deber como Alfa. Y algo dentro de mí me dice que lo que tú decidas… va a ser lo correcto— dice y coloca mi mano en su pecho para que yo sienta los latidos de su corazón.

—Pero… yo no puedo pedirte que dejes tu mundo, tu vida... yo no soy nadie para pedirte eso, y ¡yo no sé qué es lo correcto!— exclamo ahora en shock.

—¡Siempre has hecho lo correcto! Cuidaste a tus hermanos, cuidaste a la manada, nos alertaste contra nuestros enemigos, que años después aquí están haciendo más daño, ¡debimos haberte escuchado! Ayudaste a tus amigos, ¡inclusive los lobos salvajes!— dice y yo me quedo pensando.

—Los momentos en la manada han sido difíciles… pero ha habido días, cuando estoy con Noemí, mis hermanos, con tu abuela, inclusive tu madre que me siento... como si realmente este pudiera ser mi hogar. Es decir, ¡mira este lugar!— digo y él parece muy contento.

—Y hay tanto que quiero enseñarte, prometo que podemos hacerlo poco a poco y tú siempre tomarás la decisión que tú querías correcta paso a paso, ¿qué te parece?—

—Me parece fenomenal…— digo y él me besa.

—Bien... ¿Qué te parece un baño y luego pesco algo para almorzar? Estoy seguro de que pronto nos avisarán para regresar... y quiero pasar más tiempo contigo… a solas—

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