—¿Pues entonces explíquennos quiénes realmente van a controlar esos territorios así como su gente? ¿Cómo le vamos a explicar a los humanos quiénes somos sin dejar al descubierto nuestro secreto guardado por miles de años, nuestra verdadera naturaleza?— digo caminando entre los alfas mientras algunos se alejan de mi paso, y ni siquiera he mostrado mi verdadera fuerza.
Veo a uno de los alfas que Tatiana vio con Marco, Pablo se llama de una manada pequeña y él parece dudar. Pero hay otros que con todas sus fuerzas intenta mantenerse en pie.
—Hay formas de hacerlo alfa y eso es algo que vamos a encargarnos nosotros, no se preocupe— dice uno del Concilio mientras yo me volteo a verlos.
—¿O no será que quieren vaciar primero el pueblo para poder tomar las tierras sin ningún problema? Porque casualmente este pueblo está prácticamente vacío... y nadie sabe a dónde se fueron sus habitantes— digo yo dejando en claro que dudo completamente sus intenciones y que no soy tan fácil de engañar.
—¡Los humanos los que hacen el balance entre nuestras fuerzas! ¡Sin ellos nos estaremos matando entre todos!— gritaba Xavier y otros lo acompañaban.
—¡Un hombre lobo tiene que estar con su gente! ¡Con los de su clase! ¿Pretenden ustedes que nos arrodillemos ante criaturas débiles?— pregunta unos del Concilio y yo me acerco a ellos, los veo mirarme con angustia.
—¿Por qué no atendemos a temas más urgentes?— pregunto.
—¿Cómo qué?— pregunta Marco a pasos de mí.
—Por ejemplo… que se investigue el uso de wolfsbane entre hombres lobos, sí… así como lo escucharon. Yo mismo recibí un ataque en la frontera de mi territorio, nos envenenaron, intentaron debilitarnos…— digo y escucho suspiros de asombro e incredulidad.
—Digo…, ya que somos una especie tan unida… no deberíamos atacarnos entre nosotros y mucho menos contratar vampiros para ello…— digo y todos parecen atónitos, menos Marco y sus amigos alfas, los demás se ponen nerviosos. Marco se acerca a susurrarme.
—Al alfa Sebastián le gusta arrodillarse ante los humanos... especialmente ante las humanas... le gusta mucho más que ponerse a su nivel...—
—¿Qué dijiste Marco?— yo siento que quiero matarlo aquí mismo.
—Digo que a ti te gustan tanto los humanos... que te coges sin piedad a esa basura, te acuestas con una gorda, perdedora y sucia— dice él y no ha terminado cuando lo golpeo tan fuerte que cae al otro lado del patio. Todos gritan y gruñen.
—¡Señores, compórtense!— gritan los del Concilio mientras intentan poner orden. Los alfas de Marco están enfurecidos por mi ataque y van contra mis aliados.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa
La estoy matando, pero necesitamos los capítulos que siguen por favor...
Apasionante, mas capitulos!...
Me encanta...