Una curvy para el Alfa romance Capítulo 128

Tatiana

—Pues la verdad es que te ves realmente feliz…— me decía Noemí viéndome contenta.

—¡Lo estoy! Sé que estamos pasando por un momento difícil y que Sebastián está nervioso luego de la reunión con el concilio. Pero juro que han sido los días más felices de toda mi vida. Sebastián ha sido tan romántico y especial... esta semana hemos paseado por lugares maravillosos de la manada... y siento que cada vez más este podría ser mi hogar— le digo y ella se emociona y se viene hacia mí y abrazarme.

—¡Esto es maravilloso!— grita. Ojalá todos aquí fueran como ella.

—Sé que va a ser poco a poco, que la mandada no me va a aceptar de brazos abiertos de un día para otro— le digo. Y yo misma me sorprendía estar pensando en esta posibilidad. Todo por él, solo por él. Donde Sebastián estuviera... parece que es mi hogar.

Me había unido a él de una manera que nunca imaginé posible, con ninguna persona. Me sentía segura, amada, él era mi cómplice, mi mayor fan.

Habíamos tenido pequeñas citas, él parecía saber que eso era importante para mí, como humana, y había conocido cada vez más de él. Ya sentía que podía conocer más de quién era Sebastián Marden.

No solamente el Alfa y mi mate... sino al hombre organizado, que le gustaban los jeans oscuros, amaba las tartas de frutas, y odiaba ir a cortarse el cabello. Un simple hombre... pero perfecto para mí.

—¡Ya vas a ver que en cuanto te conozcan bien te van a adorar tanto como yo! Es parte de ser Luna... es siempre la persona más amada de la manada. Siempre. Y tú no serás la excepción— decía ella contenta.

—Espero que sí. ¿Y tú cómo vas con Martín?— pregunto y ella sonríe con ilusión.

—Mi mate es muy especial. Es solo que a veces tengo que recordarme que él es humano y no puede seguirme todo el ritmo. También que es diferente la vida aquí a la vida en el pueblo. Yo entiendo que él tiene sus cosas, su privacidad y no comparte todo tan drásticamente como aquí en la manada— dice un poco preocupada.

—Habla con él, dile que te cuente si hay algo que le preocupa o le incomoda. O que quiere hacer. Los humanos no nos comunicamos mentalmente, ni tampoco buenos instintos como ustedes, así que conversamos... o al menos lo intentamos— digo y ella sonríe.

¿Qué podría suceder con Martín que le preocupe a ella? Por lo que he visto se queda en la casa y la espera de ella contenta, le cocina y prepara tragos deliciosos y están juntos el mayor tiempo posible.