Una curvy para el Alfa romance Capítulo 140

Tatiana

La nota era bastante extraña y Nancy me pedía que no le dijera a nadie, que no podían confiar en los guerreros y que encontrara la manera de salir de casa.

Tenía incluso su firma y hablaba de que ahora yo era la Luna y este era mi deber. Parecía todo muy exacto y ella siempre había sido una mujer muy organizada, así que me pareció coherente.

¿Sería sobre Sebastián? ¿Sobre la manada? No lo sabía, y mucho menos sabía como salir de casa sin que nadie me viera.

El ambiente de la manada se sentía tenso, y mientras se acercaba a la hora de la reunión yo no sabía cómo iba a hacer. Y todo parecía que conspiraba mi favor cuando Noemí se acercó a mí.

—Tengo que irme por un momento Luna... —

—¿Está todo bien?—

—Sí, prometo pronto podré explicar con más detalle. Solo quédate aquí, y espera que llegue David. El pedido de nuestro Alfa es que si algo ocurre, debes seguir a los guerreros— dice nerviosa.

—¿Estamos en peligro?— pregunto preocupada.

—Nada va a suceder, es solo que no me gusta que no esté Nancy aquí... quizás nuestro alfa la necesitaba en otra parte— decía nerviosa.

—Todo va a estar bien, yo esperaré a David— le digo y mi amiga se va, no me gusta ocultarle cosas, pero la realidad es que también ella ha estado muy rara desde hace un tiempo, y que Martín no estuviera por aquí, me parecía bastante extraño.

Cuando era casi la hora, yo me sentía nerviosa. Se suponía que tenía que salir de casa, pero había guerreros a mi alrededor, hasta que empecé a escuchar que atacaban.

—¿Qué demonios?— todo esto me parecía tan… exacto que era aterrador, y cuando escuché disparos a la casa me eché al suelo en pánico.

Empecé a ir gateando hacia la puerta trasera, seguramente estarían también ahí, no sabía quiénes atacaban, pero imaginaba que era el enemigo. Atacar la casa de un alfa ¿Cómo habían llegado hasta aquí?

Cuando de repente se abría la puerta de par en par y aparecía alguien que me buscaba desesperado.

—¡David!— grité.

—¡Tatiana! ¡Gracias a la diosa!—, decía y me daba la mano, y se colocaba en frente de mí de forma protectora en cuanto salimos de casa.

—¿Qué es esto?— pregunto angustiada.

—No lo sé… estaba en un plan con Sebastián… y me encuentro con esto en su casa… ¿Dónde está Luna Nancy?— pregunta.