Una curvy para el Alfa romance Capítulo 143

—¡Estúpida humana! Ya bastantes problemas me has dado— decía deteniéndose y levantándome por el cuello mientras yo pataleaba, mis pies en el aire. Luego ella me golpeaba en el estómago y yo caía de rodillas sintiendo un dolor tremendo.

—¡Eso es lo que te sucede si no te comportas! ¿Acaso no quieres ver a tu mate? Sé que los humanos no tienen corazón, ni sienten el vínculo, pero... es obvio que has aprendido a quererlo. Es decir... un hombre como él no se olvida tan fácilmente, hasta una humana sentiría cosas por un alfa como Sebastián— dice ella con odio.

Ella realmente está interesada en él, ella siente cosas por mi mate, además de querer la posición de luna, ¿y entonces cuál es el rol de ella aquí? ¿Qué puede hacer Janet si ya hay otra chica interesada en él? Una que además Medianoche apoya.

La brisa fría del anochecer me pega en la cara mientras salimos, me sigue arrastrando hasta que me deja cerca de una de las ventanas que dan a las habitaciones de abajo. Ata mis manos a una reja y yo no entiendo qué sucede

—Vas a ver una excelente función…— dice con una sonrisa. No puedo moverme y estoy sentada ahí como si me asomara a la ventana. Cuando veo alguien entrar, y la puerta de la habitación se cierra.

Me doy cuenta de que es nada más y nada menos que Sebastián, se ve cansado y golpeado, y yo trato de gritar lo más que puedo mientras Janet me sostiene la cabeza con dureza, para que no me pierda nada de lo que sucede.

No escucho nada, pero a los pocos segundos me doy cuenta de que él no está solo, sino que del baño, sale una mujer. Él parece perplejo al ver a la chica, quien se le acerca de forma seductora.

Catalina, está con una lencería sexy y semidesnuda y yo entro en pánico.

—Ella va a ser la Luna de Medianoche, ¿lo sabías? Seamos honestas de que yo hubiese sido una mejor Luna que ella... pero es cuestión de un acuerdo importante para mantener la paz entre las manadas. Y yo veo a Sebas muy interesado en ella, ¿no lo crees? Claro que… es mucho más atractiva que tú, y de excelente linaje, hija de un alfa—

—No, esto no puede estar sucediendo…— pienso, sacudiendo mi cabeza.