Sebastián
—¿Qué quieres realmente de mí, Catalina? Deja de mentirme con eso de que desde que éramos niños querías ser mi mate. Con todo lo que ha pasado estos días… sé que tu familia tiene planes mucho más ambiciosos— decía yo con rabia.
Quería desatarme y atacarlos a todos. Pero ahora me habían encadenado aún más, sin duda no confiaban en dejarme solo con ella.
No hay nada peor que no saber qué sucederá. Porque es preferible estar sangrado, herido a simplemente estaré esperando, de manos atadas, sin hacer nada. Sin realmente tener la posibilidad de hacer algo, de ayudar.
Un Alfa no era el mejor haciendo nada, o esperando, pero ahora me encontraba en la terrible situación de simplemente quedarme aquí y rezar. Esperar mi momento... justo.
Lo que me había dicho Marco aún me retumbaba en la cabeza, la historia de Héctor, el anterior alfa. ¿Cómo nunca nos enteramos de esto? Sin duda los Razzio lo escondieron muy bien.
Tatiana no era una mujer común y corriente, quizás todos lo sentíamos, lo sabíamos muy en el fondo, que su relación con nuestro mundo era fuera de lo normal.
La hija de un Alfa, su madre prácticamente obligada a huir por su vida y la de su pequeña hija, enfrentándose a horrores, sin ayuda, sola y perseguida por un hombre terrible.
Un Alfa sin corazón.
¿Tratar así a su propia mate? Por supuesto que yo no había sido el mejor alfa, pero ahora lo había aprendido, esperaba que no fuera muy tarde.
Me preguntaba qué hubiese sucedido si Héctor no se hubiese querido alejar de su mate, si hubiese recibido de brazos abiertos a su hija. Para un alfa… un hijo era un tesoro, la seguridad de que la manada seguiría.
Y, sin embargo, ese Alfa rechazaba a su mate, y a su hija. Quizás como dijo Marco, al final se arrepintió y se dio cuenta de su error.
Pero si Héctor era malo, la manada Razzio había caído probablemente en un peor destino. Los Razzio querían más y más
—Shhhh tranquilo Sebastián... debo decir que me gusta tu actitud de Alfa, macho, fuerte... ¡Me encanta! Pero... necesitas calmarte. Yo estoy luchando para que te suelten y estemos juntos como se debe, pero tienes que poner de tu parte— dice ella.
—Tienes que demostrar que realmente quieres cooperar con nosotros. Que quieres cumplir tu parte del trato. Que has olvidado a tu mate humana perdedora, ¿Crees que he perdonado cómo corriste tras ella? ¿Cómo me dejaste ahí desnuda... por ella?— y dice y yo resoplo molesto.
—Me tenías ahí para ti… ¿Qué más querías? ¿Crees que todos los hombres tienen una mujer como yo? — dice y me toma la cara presionando sus dedos en mi barbilla.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa
La estoy matando, pero necesitamos los capítulos que siguen por favor...
Apasionante, mas capitulos!...
Me encanta...