Una curvy para el Alfa romance Capítulo 169

—Por supuesto que tu gordita no tiene un lobo. ¿Pero qué pasaría si su madre hubiese tenido otro hijo? ¿Un verdadero alfa?— dice ella y mi corazón se acelera. Probar embarazarla… no.

—Tu humana tiene sangre de Alfa, entonces ¿qué pasaría si ella tuviera un hijo de un Alfa poderoso?— dice ella.

—Para un alfa ser el más poderoso… no solo necesita a una mate poderosa. Si no tener un heredero, y no solo eso… un super alfa. Y con ello, las manadas y el mundo de los hombres lobos estaría a los pies de Razzio. No necesitaremos concilios, el rey, ¡Nada!— dice y yo tiemblo, empiezo a negar con la cabeza.

—No... no es posible, no se atreverían…—

Tatiana tiene mi marca, pero no puedo decirlo, y aun así temo que Marco encuentra la manera. Yo no puedo pensar en que él pueda hacerle algo a ella. Sería mi fin, y el fin de todos, de la paz y del balance.

—Claro que sí. Ya conoces a mi hermano… él buscaría la forma de intentar… e intentar… e intentar… hasta que la gorda le dé un heredero. Y si eso no sirve… seguirá intentando. Debo decir que es un gran sacrificio… acostarse con una mujer así, pero para él la manada está primero. Aunque él dice que tratará de ser suave con ella… pobre gordita— dice ella con una sonrisa y yo me sobresalto, empiezo a luchar con mis cadenas con un perro rabioso. Ella parece complacida de mi reacción.

—¿Van a matarme? ¿No es cierto?— pregunto.

De repente ella se sienta sobre mi regazo, y me aprieta con su cuerpo.

Yo tiemblo, pero no por una buena sensación. Siento un dolor en mi pecho que me asfixia y lucho por mantenerme cuerdo.

—No si yo puedo evitarlo. Yo realmente te quiero Sebastián, sé que muchas chicas te desean, y que la humana te tiene hechizado, pero hay formas de romper el vínculo. Tú y yo podríamos estar juntos. Yo te defendería, no dejaría que nada te pase, incluso enfrentándome a mi padre y a mi hermano— dice ella tocando mi rostro.

—¿Cómo sé que lo que dices es verdad?— pregunto.

—¿Qué necesitas para probar mi valía?—

—Deja… huir a mi madre— le digo.

—Ohhh Sebas... —

—Solo déjala ir…— le digo suavemente.

El wolfsbane no me deja comunicarme con nadie de la manada. Si mi madre está fuera, si puede huir… no tendrían nada con que manipularme. Es obvio que aún no tienen a Tatiana.

—Y si hago eso, ¿me aceptarás? ¿Te comprometerás a estar conmigo… te acostarás conmigo, me marcarás?— dice ella pasando sus manos por mi pecho, tocándome con descaro. Yo cierro los ojos.