Una curvy para el Alfa romance Capítulo 187

—Sabes… mis compañeros lobos no lo ven así, pero yo solo estoy salvando a nuestra especie... — dice.

—Mientras nos matas a nosotros… ¡Y acabas con todos! ¡Quieres simplemente destruir y conquistar!— digo y él se acerca a mí.

—Creo que no me entiendes Tatiana ... —

—¿Qué demonios quieres de mí?— pregunto y de repente tocan la puerta y nos hacen señas que salgamos.

—¿A dónde vamos?— pregunto mientras él me toma del brazo, pero no me dicen nada mientras me arrastran.

Catalina se queda mientras varios hombres lobos nos resguardan e intentan borrar nuestras huellas y olor. Salimos por una de las fronteras al norte y veo que tienen un pequeño campamento, y siento que el aire se me va de los pulmones al darme cuenta de que es inmenso.

Cientos y cientos de guerreros se encuentran ahí, esperando la señal de Marco. Hay armamento, bases, y más cosas que no logro ver. Pareciera que hay otros alfas y vamos a una pequeña carpa y él se queda viéndome. Mi cara es de shock… esto es algo como nunca he visto.

—Somos más y somos más fuertes. Medianoche está condenada— dice y me sienta y él se queda levantado.

—Y respondiendo a tu pregunta…te quiero a ti... quiero que seas mi mate…— dice acercándose a mí y yo entro en pánico.

¿Qué? No… no puede ser.

—¡No me toques! ¡Yo tengo un mate! ¡No está en las leyes de los hombres lobos tomar un mate de otro!— digo temblando y desesperada y él parece muy decidido cuando me toma por los brazos y me acerca hacia él.

—¿Todavía no has entendido? Yo voy a cambiar la ley de los lobos, el concilio es mío y ya estamos corrompiendo otros concilios. Tú me harás poderoso… más que Sebastián—

—¡Eso es imposible… tú no eres mi mate! ¡Sebastián es más fuerte porque nos une el vínculo de antes! ¡Estás completamente desquiciado!—

Marco está llevando todo esto al límite, está jugando a ser una especie de dios que todo lo manipula. Recuerdo las palabras de Fabrizio y el orden natural. No se puede jugar con la naturaleza.

Yo moriría si estoy con él… no podría. Mi mundo se vendría abajo.

—Es todo tu culpa Tatiana, todo lo que va a suceder… tú misma te lo buscaste, quiero que eso te quede muy claro— dice viéndome desde arriba.

—Todo va a ser peor para ti de ahora en adelante, puesto que la única manera de quitar tu marca es matando a tu mate— dice y yo me desespero.

—¡No! ¡No!— digo jadeando desesperada, me levanto como puedo, en pánico.

—Y si es verdad que estás embarazada, lo sabremos muy pronto. Claro que entenderás que no puedo dejar vivo a tu bastardo, lo que menos quiere un Alfa es competencia— dice y nos interrumpen.

—Alfa… ha llegado el momento— dice un guerrero.

—Prepárate Tatiana que esto recién comienza, nos espera un importante día…— dice y se va.

—No… por favor…— digo casi sin poder respirar y me quedo llorando, desesperada, rogando por mi bebé y mi familia.