Sebastián
—Deja de lloriquear Sebastián... deja de pasar vergüenza por una humana. Ya quedamos en que ella va a ser muy beneficiosa para Razzio ... vela por lo que es: una medio para un fin— vociferaba él.
Tatiana parecía asustada, y algo me decía en su actitud que no quería que yo cayera en la trampa de Marco.
Pero para mí era imposible. Connor me demandaba ir a buscarla ahora mismo, sin pensar en las consecuencias, no podía verla sufrir, menos que ella estuviera cerca de él.
—¡Maldito seas! ¡Cobarde!— gritaba.
—¡Un lobo solo piensa en su mate, decían! Y ese es tu gran problema Sebastián…eres un Alfa que no piensa por sí mismo, solo repites lo que nos han dicho sobre mates y demás tonterías. ¡Mi manada y yo soy poderoso porque he pensado más allá!—
—Marco ya está yendo contra lo más sagrado…— decía Xavier molesto, el tema de los mates siempre era algo delicado para él.
—¡Y si queremos que los lobos esté por encima de todo… hay que cambiar las reglas! ¡Usar nuestras cabezas en vez de seguir leyendas!—
—Estás hablando como un desquiciado con delirios de grandeza— le digo y él bufa.
—Me lo imaginé… no hay nada peor que el que no quiere cambiar ni aceptar la verdad, es por eso que Razzio será la manada más fuerte, no solo de la región ¡Sino del país! En cambio, Medianoche… caerá en el olvido, y todos ustedes…— dice.
—¡Jamás! ¡No lo permitiremos!— gritaba yo y él se veía complacido.
—Pues eso ya lo veremos… te doy una última oportunidad Sebastián, para que dejes de interponerse en nuestro camino, y para que quites a esta gentuza, traidores y débiles de aquí y no los sometas a una muerta larga y dolorosa. Entrégate, ríndete ahora mismo— dice con una sonrisa maligna.
—¿Está completamente mal de la cabeza? Olvídenlo… no sé ni para qué pregunto— dice Henry.
— Sabes que no lo haré… nadie aquí dejará sus posiciones por nada del mundo. Sé que no le harás daño a mi mate…—
—Es verdad… al menos no por ahora… sin embargo…— dice y veo que aparece alguien y escucho sobresaltos de parte de mis guerreros.
—David…— digo y veo a mi beta en pésimo estado. Tiene un ojo rojo, lo deben haber golpeado constantemente para que no se curara.
—¡Está vivo!— decían otros. Recordaba como le habían disparado a quemarropa. Pero tenía fe que él sobreviviera.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa
La estoy matando, pero necesitamos los capítulos que siguen por favor...
Apasionante, mas capitulos!...
Me encanta...