Una curvy para el Alfa romance Capítulo 198

Sebastián

Era inevitable no inclinarse ante él, su aura y su fuerza eran formidables, a nadie le quedaba dudas de que él era uno de los primeros lobos que alguna vez pisaron la tierra.

Alaric se aproximaba a nosotros vestido de guerrero con telas finas y armaduras de plata, y el cabello largo y los ojos amenazadores.

Por su tamaño era fácil saber que debía tener un lobo gigantesco y aterrador. Y ahora estaba a pasos de nosotros mientras observaba a Marco en el suelo, y mis manos llenas de sangre.

—¿Quiénes son ustedes para repartir justicia? — dice.

—¡Su majestad! ¡Que bueno que está aquí!— escuchamos una voz y veía como todos los lobos se apartaban y dejaban el descubierto el grupo de hombres del Concilio que estaban con Marco.

Yo no me movía, mientras de soslayo me cercioraba de que Marco no se moviera de su sitio. Sangraba y de casualidad respiraba, pero no lo dejaría escapar.

—Señores... ¿Tienen algo que decir? He recibido mucha información sobre este Concilio... — dice el rey mientras los del Concilio parecen haberse quedado petrificados.

—Su majestad... nuestro Concilio ha pasado por mucho... nos hemos encontrado en situaciones desesperadas. En este pequeño territorio han sucedido las cosas más increíbles— dice el hombre tartamudeando.

—¿Se refiere al uso de Wolfsbane, y a la esclavización de lobos?— pregunta el rey levantando una ceja.

— Su majestad no..no….— dice el hombre.

—¿Insinúa que mis delegados se han equivocado de sus investigaciones? Tengo documentos que dicen lo contrario, que ha habido ventas de lobos, que han saqueado otras manadas y que han usado wolfsbane para atacar otras manadas. Es decir, aquí mismo puedo oler la m*****a sustancia— dice él, arrugando su nariz.

— Es tal cual lo que dice en el informe que le entregamos... su Majestad— dice un lobo un poco mayor que parece ser la mano derecha de Alaric.

—¿Entonces?— pregunta el rey y da un paso al frente y el del Concilio se pone prácticamente a llorar.

—¡Su Majestad! ¡Ha sido todo culpa de estos dos alfas! ¡Ambos han llevado sus peleas y enfrentamientos a los más detestables finales! ¡Su siempre fiel Concilio ha hecho lo posible para ayudar en esta confrontación!— dice el hombre colocándose de rodillas, mientras los otros del Concilio están al borde del desmayo.

—¿Estos dos alfas? ¿Qué tienen que ver?—

—¡Alfa Sebastián está unido a una luna humana, obligándonos a intentar mantener el control entre todos, y Alfa Marco se ha metido en negocios dudosos y nos ha amenazado!— grita el del Concilio desesperado. Marco chilla y los ve con odio.

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