Una curvy para el Alfa romance Capítulo 205

—Gracias mate... y muchas gracias amigos. Mi madre tuvo una vida dura, pero... creo que finalmente en este lugar encontró la paz... —digo viendo el pequeño espacio, detallando las flores y el canto de los pájaros. Sí, realmente era un lugar hermoso.

—Salvó a su querida hija... estoy seguro de que debe haber sido su último pedido. Y ahora este bosque será un espacio seguro para todos, es oficialmente de Medianoche, pero todos los lobos e inclusive los rogues y humanos encontrarán protección aquí— dice él besando mi frente.

Yo suspiro y por un momento nos quedamos ahí, juntos. Con mi madre y los Lobos. Yo también siento que encontré paz.

Vamos de regreso a nuestro territorio y me siento aliviada, y cuando él me deja en la casa de la manada, me da un delicioso y lento beso.

—Esta noche... serás oficialmente mi luna, mi preciosa luna— dice viéndome con amor y adoración.

—En pocas horas... —

—Te esperaré ahí frente a todos— dice él con una sonrisa preciosa y cuando entro a la habitación que tengo preparada me esperan muchas personas.

—¡Tati! —

—¡Mariela! ¡Oh mi amiga! —digo abrazando a mi querida amiga.

—¡Luces hermosa! ¡Y me dijeron que estás embarazada! ¡Voy a ser tía!— dice contenta mientras junto a Noemí, Nancy, Marina, Andrea, Gaby, Enriqueta y Johana me preparan para la ceremonia. Adoraba a todas estas mujeres ¡Eran tan importante en mi vida!

Siento que es un día realmente especial, mucho más que cuando él me marcó. Me han preparado un vestido hermoso de un tono aperlado, y entre todas se dedican a peinarme y maquillarme mientras me traen comida y esto parece una pequeña fiesta, creo que nunca había tenido tanta atención en mí.

—Ahora sí... estás lista mi niña— dice Enriqueta con amor y cuando me veo en el espejo, juro que no me reconozco.

No me habían hecho grandes cambios, seguía siendo Tatiana, la chica que trabajaba en el restaurante de mesera, la que conocía a todos los del pueblo. Seguía teniendo mis curvas, mi cabello largo, mis mejillas que me parecían muy grandes, así como mis piernas y mis brazos gruesos.