Una curvy para el Alfa romance Capítulo 25

Y peor que no tener un mate nunca… era tener uno y que te rechazara. Porque eso quiere decir que inclusive la persona creada para ti, elegida por la diosa Luna misma... no te quería, la persona que debería amarte... incondicionalmente, te hacía a un lado. Y si eso era así… entonces... ¿quién podría quererte? No habría esperanzas.

—¡No Tatiana! ¡No es eso!— decía él y en un solo movimiento estaba frente a mí tomando mi rostro.

—Yo te traje aquí porque quería explicarte la situación… y porque no quería seguir visitándote con mi lobo sin decirte la verdad. Tú te merecías la verdad y lamento tanto no haberlo dicho antes… debí decírtelo antes. Pero juro que no sabía como. Por favor perdóname…— decía él viéndome desesperado.

—Yo sé que esto no es lo que querías. Y que tampoco que no soy nada para ti, que ni te caigo bien, ni te agrado, ni nada. Y si algo he entendido contigo estos últimos días, es todo el daño que yo te he hecho, también mi manada y los hombres lobos en general, pero yo... especialmente yo… te he roto el corazón y te he hecho sufrir de maneras terribles... — dice Sebastián nervioso, mirándome a los ojos, tomando mi cara, prácticamente obligándome a verlo. Y algo en su expresión me dice que está ansioso, como si tuviera miedo.

—Y yo sé... de hecho lo sé desde hace mucho tiempo, cuando estabas en la manada… que eres una chica fantástica Tatiana. Eres amable, considerada, inteligente... y que no merecías nada de lo que te pasó. Y si te soy honesto, ahora no sé cómo remediarlo. No sé cómo evitar que sigas sufriendo, por qué se que tienes heridas que has intentado curar… pero que no es tan fácil. Y yo sufro de verte así… más allá de lo que yo sienta… yo no puedo verte mal, Tatiana— dice.

—¿Qué es lo que quieres de mí?— le pregunto directamente, francamente… no sé si quiero seguir teniendo esta conversación.

—Están pasando muchas cosas ahora… y este momento es decisivo y yo no sé… no sé si tú y yo… tú eres humana… y los humanos ahora están en peligro…— dice como si no encontrara las palabras correctas. Y ahora viene otra idea de mi cabeza.

—¿Quieres que yo te rechace?— digo y él me mira en shock.

Quizás él no quería dar este paso, al menos con conmigo. Es obvio que esto no podría suceder, yo nunca podría ser su luna, ni su mate… él no podría entregarse a mí.

Yo estaba en el peor nivel de su manada, y luego de haber sido exiliada… mucho menos. Sebastián casi tiembla… parece que su lobo tomara el control por un momento.

—¡Absolutamente no! ¿Por qué pensarías eso?— dice escandalizado y suelta mi cara, da un par de pasos hacia atrás como si necesitara concentrarse.

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