Una curvy para el Alfa romance Capítulo 30

Sebastián

—Sucede algo con mate—

—Mate se está metiendo en problemas—

—Tenemos que vigilarla, volver al pueblo— decía Connor a cada momento.

Por supuesto que no la habíamos dejado sola, habíamos ido y venido del pueblo ya varias veces, solo que ahora yo la veía realmente desde lejos, confiando en que ella no me iba a ver. Tatiana seguía con su vida normal… sin extrañarme.

A veces, solo la observaba, viendo por la ventana como si no pudiera dormir a la noche. Y yo me desvelaba viéndola, pensando en qué pensaría ella, y preguntándome si en algún momento pensaba en mí. Lo dudaba. Ella me odiaba.

Pero pareciera que había una conspiración para tenerme de un lado al otro, puesto que se habían visto rouges a los alrededores de nuestro territorio, y mi manada estaba en alerta y con miedo.

—Están cada vez más arriesgados y parecieran no tener miedo de las consecuencias— decía Henry luego de que diéramos un vistazo a la frontera. Los rouges estaban tan descarados que podía sentir el olor de ellos de lo cerca que habían estado.

—Entiendo que necesitan más apoyo— le decía yo a él

—Así es Alfa, si los rouges no tienen miedo de lo que puedan pasar, si entran en nuestro territorio estamos cada vez más en peligro— decía Marina.

—Por favor entrena a los miembros más jóvenes, hombres y mujeres, cualquiera que tenga un lobo debe estar preparado y entrenarse, y que empiecen todos a patrullar en diferentes turnos— le decía yo

—Estoy de acuerdo Alfa de que es la mejor decisión— me decían ellos..

—Alfa... entiendo también que hay un movimiento importante de rouges en el pueblo humano…— me decían los hermanos antes de yo irme y sabía muy bien a qué se refería, pues también era mi preocupación: Tatiana.

—¿Qué recomendarían?—

—Tener un plan de protección para el pueblo o al menos— decía ella titubeando.

—Estoy de acuerdo, podemos colocar quizás algunos lobos jóvenes que estén alertas y preparar un plan de acción junto con el alcalde, yo voy a plantearlo en la próxima reunión que tengo con ellos— le digo y ellos me miran asombrados, supongo que no esperaban una respuesta tan positiva de mi parte.

Ella… yo haría cualquier cosa por ella, pienso suspirando. Es de noche y francamente no quiero regresar a mi habitación, puesto que estoy seguro de que va a ser otra noche sin dormir.

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