Una curvy para el Alfa romance Capítulo 33

—Te preparé algo de desayuno— le digo yo, y él sonríe. Le traigo huevos revueltos con un poco de tocino, pan y un té caliente.

David le había colocado una camiseta limpia y yo reviso su herida, sin poder dejar de observar su abdomen marcado y su piel bronceada. Es… tan sexy y atractivo.

—Parece que estás mucho mejor…—

—Creo que sí... aún no escucho a Connor, lo que significa que él está descansando y curándome poco a poco— me dice él. De repente estamos sentados muy cerca el uno del otro y yo siento como él toma mi cara.

—Tatiana.. —me dice y no puedo dejar de ver sus labios.

De repente, en este momento, con nuestros ánimos calmados y muy cerca, el uno del otro siento la tensión y esa pulsión que me atrae hacia él. Siempre la había sentido, es solo que yo la obviaba.

Y yo escucho su respiración ajetreada y por un momento cierra los ojos saboreando lo que viene, su beso, sus labios… esa pasión. Cuando se escucha la puerta de casa y Sebastián voltea a ver quién entra, molesto por la interrupción.

—¡Sebastián! Gracias a la diosa que estás mejor dice— David realmente contento de ver a su amigo en mejor situación.

—Gracias Tatiana por cuidarlo... realmente ha mejorado mucho— dice el beta revisando la herida de Sebastián.

—La policía está investigando a esos hombres, por supuesto no les pude decir que eran rogues, pero sin duda hay algo raro sucediendo en el pueblo y también en la manada— explica él.

—¿Van a venir a hablar con nosotros?— pregunta Sebastián, preocupado.

—Creo que tienen la impresión de que ese hombre murió por un ataque interno entre ellos— dice David y yo escucho todas las noticias aterrada. ¿En qué momento mi vida se convirtió en ataques, muertos y encubrir ataques?

—Yo… lo dejo solos un rato para que hablen de cosas de la manada— digo cuando es obvio que necesitan hablar. No me quiero involucrar, pero sin duda hay problemas.

—Tu familia se va a angustiar si saben lo que sucedió. Yo puedo intentar mantener todo este asunto de los rouges en secreto. Tú solo… recupérate— escucho que David dice.

Es obvio que están planificando los próximos pasos y cuando David se irá…yo me adelanto en decir algo que jamás en mi vida imagina decir.

—Sebastián podría quedarse... yo lo cuidaría... ustedes saben, cerciorarme de que esté realmente bien para volver— digo. Sebastián esconde lo mejor que puede una sonrisa y David parece aliviado.

—Todos estaríamos en deuda contigo Tatiana... estoy seguro de que en uno o dos días nuestro Alfa va a estar lo suficientemente bien, hay mucho por lo que trabajar y protegernos, así que te necesitamos en la mejor de las condiciones— dice el beta y en unos minutos nos quedamos de nuevo solos.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa