Una curvy para el Alfa romance Capítulo 38

Tatiana

Yo había sido una chica muy fuera de lo normal, puesto que siempre había soñado con el amor ideal de un mate, un amor sobrenatural que sobrepasaba cualquier cosa; y que a la vez sabía que no iba a tener. Con mucha suerte, si acaso, iba a conseguir un enamoramiento agradable y ligeramente satisfactorio como el que tiene los meros humanos.

Pero los años habían pasado y había demostrado que no iba a tener ninguna de esas dos cosas, o al menos eso es lo que parecía. Yo me escondía para que no me hicieran daño y no mostraba mi verdadero ser, tenía miedo y timidez, no era la chica que atraía a todos los hombres.

La realidad es que ni siquiera me miraban... y por dentro era una romántica empedernida, deseando todo eso que no podía tener.

Así que jamás imaginé lo que sucedía ahora, tanta atención y tanta dedicación, estos besos y estas caricias que a cada segundo se iban transformando en algo extremadamente apasionado y fogoso.

Sebastián presionaba su entrepierna contra mi trasero y si yo sentía que me estaba incendiando y sin duda él no estaba nada tranquilo. Solo de pensar que yo lo había provocado... me hacía perder la cabeza. ¿Realmente yo podría lograr esto? ¿Que un hombre me deseara tan apasionadamente?

Su respiración, sus jadeos, el calor de su piel, el tono de su voz… todo eso me decía que si. Que aunque todo el mundo me haya dicho lo contrario, aun con las burlas, los apodos, las risas y los señalamientos… yo podía resultar hermosa.

Yo no creía serlo, pero tampoco era algo fuera de este mundo. Solo quería ser una chica normal, una chica como todas. Y yo fielmente creo que todas merecíamos un lado dulce, apasionado, cariñoso de la vida.

—Este pequeño conjunto Tatiana... es de lo que están hechos los sueños y las fantasías... o las pesadillas…— me dice mientras él jalaba el tirante de mi blusa y luego su mano iba por dentro de mi blusa y podía sentir sus dedos rozando el borde de mi pecho.

No me había colocado brasier y este momento no podía decidir si había sido una pésima idea, o una muy buena idea. Él parecía querer avanzar más y más, respiraba agitado, estaba tenso, expectante, su pecho bramando, las puntas de sus dedos dudando. Había pasado tanto entre nosotros… y algo me decía que aún faltaban cosas por pasar.

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