Una curvy para el Alfa romance Capítulo 41

Y no sé si fue por ese pequeño acercamiento o por mis palabras, pero ella se tranquilizó y yo la tomé de la mano para llevarla al restaurante.

Era realmente sencillo y a la vez bastante íntimo y especial, con pequeñas luces en las ventanas y mesas pequeñas y separadas, nuestra mesa dando al bosque.

Recordaba como ella parecía estar contenta cuando estaba en el bosque y como suspiraba por la ventana de su casa viendo los árboles a lo lejos. Algo me decía que ella no solía internarse ahí, pero que su corazón le pedía que no se separara del bosque.

En cuanto entramos no pude evitar la necesidad de colocar mi mano en su cintura, de alguna manera sentía que el resto de las personas nos veían, en su mayoría humanos y algunas otras criaturas.

Necesitaba demostrar que ella era mía y que veníamos juntos, y por supuesto me encantaba la idea de colocar mi mano en sus curvas. Sus endemoniadas curvas me llamaban y yo quería tocar y agarrar todo lo que pudiera. Y era un desgraciado feliz, ahí, tomándola.

Y ahí estábamos, ella y yo ahí sentados, nuestras rodillas casi rozándose, y yo pensaba que la parte difícil iba a ser llevarla a la cita.... pero ahora tenía que hablar con ella.

—Si queremos tener a nuestra mate tenemos que ser honestos. Ella nos dijo que deseaba tener un mate.... ella nos desea en el fondo. Es nuestro chance— me decía Connor y era verdad.

¿Pero qué podría decirle para que ella me creyera? ¿Qué podía decirle realmente tangible para que ella me diera una oportunidad?

Desde que había llegado había observado los árboles y las ventanas, parecía no querer quitarse la chaqueta, y seguía viéndose nerviosa.

Ella se queda callada y yo intento de hacerle conversación, pero me da pequeñas respuestas. Necesito que se relaje, así que estiro mi mano y tomó la de ella y acaricio sus nudillos, su piel es suave y adictiva.

Habla Sebastián, se honesto.

—¿Sabes? Yo ya había renunciado a tener una mate... pensé que iba a ser imposible— decía yo con una sonrisa triste.

—Y cuando me viste...— agrega ella con un hilo de voz.

—No pensé que iba a ser una humana, tampoco alguien que ya conocía...— admito.

—Entonces… por eso… ¿no me rechazaste?—

—No te rechacé porque… desde el momento en que lo supe… solo pensaba en ti. Connor te adora, pero yo… me tenías en tus manos Tatiana. Y no quiero que eso cambie. Solo te pido que vayamos poco a poco, un paso a la vez y que tú pongas las reglas que desees, yo solo necesito una oportunidad— le digo.

La situación empieza a mejorar y ella parece asombrada por tanta atención y de cuánto en cuanto, mira alrededor como si no pudiera creer que estuviera en un lugar así y que además estuviera conmigo.

Al poco tiempo sin duda está más cómoda y se quita su chaqueta y puedo ver en todo su esplendor, su vestido, su cabello que le cae, y el vino que ha tomado le ha hecho sonrojar sus mejillas. Luce tan deliciosa que me provoca llevarle al baño y hacerle le todas las cosas indebidas.

Cuando estamos en el postre que compartimos, yo le doy los bocados directos a la boca y ella de repente me lanza una pregunta que es más difícil.

—¿Qué sucede si yo no soy lo que esperabas? ¿Qué sucede si yo no estoy a la altura de un alfa… un alfa como tú? Yo… no puedo ser… la Luna de tu manada—