Una curvy para el Alfa romance Capítulo 43

—¿El señor necesita algo más? ¿Algo más en que yo lo pueda ayudar...?— dice la mesera de forma coqueta comiéndoselo con los ojos. Yo lo observo y él es tan atractivo e imponente. Ni siquiera la culpo.

—No gracias yo... estamos bien— dice él extendiendo su mano como para tomar la mía.

—Necesito ir al baño un momento— digo y me levanto apurada mientras él me ve con ojos tristes.

—Tatiana…— lo escucho decir mientras me alejo.

—Esta fue una muy muy mala idea…¿En qué estabas pensando Tatiana?— me digo mirándome al espejo.

Este vestido en el que me sentía tan cómoda, inclusive sexy, ahora me siento ridícula, como si fuera algo mal empaquetado. Me observo apretando mi estómago, estirando mis brazos y haciendo poses para verme más delgada.

—Acaba con esta ridícula idea— digo suspirando.

Me asomo y lo veo mirando para todos lados de forma nerviosa, sus pies golpeando el piso rítmicamente, mordiéndose los labios de forma inquieta. Veo que suspira y hace señas para pedir la cuenta.

Al fin, al menos me voy a casa.

—Tengo que terminar esto... no hay ningún futuro entre él y yo. Él podrá conseguirse a otra mate, estoy segura. Sí, eso será lo mejor...— me digo. Y cuando paso caminando lentamente y cabizbaja, escucho a las meseras hablando con sus compañeras.

—Realmente espero que sea una reunión de trabajo o quizás en familia...—

—¿Esa chica? ¿Con ese papasito? ¡Imposible que sean familia!— contesta una.

—¿Pues no dirás que son pareja? ¿No?—

—¡Qué locura!— dice otra.

—Es tan sexy que me lo comería ahí mismo... juro que tuve que contenerme. Aunque le coloque mi número de teléfono en la cuenta... rezo para que me conteste— dice la chica que nos atendió y todas se ríen.

Bueno, supongo que la buena noticia es que no podría ser peor, he llegado a lo más bajo.

—¿Está todo bien? ¿Te sientes bien?— me pregunta Sebastián, preocupado.

El camino de regreso es aún más silencioso y no sé si logramos avanzar en algo. Él en acercarse a mí, y yo en alejarme de él.

Cuando llegamos a casa tengo la esperanza de que él se vaya al fin y al cabo está mucho mejor, ¿no? Y con todo y eso dentro de mí… quisiera que no lo hiciera.

—David... está averiguando el tema de los rogues, la policía no parece haber encontrado nada, pero creemos que es mejor estar pendiente... me gustaría quedarme aquí una noche más, si no te importa solo para cerciorarme... — dice él y yo asiento.

Una noche más, una noche menos, ¿qué podría suceder?

Me quedo sentada en mi cama, viendo prácticamente el suelo, suspirando.

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