Una curvy para el Alfa romance Capítulo 46

Sebastián

—Yo… te deseo… quiero esto— dijo ella nerviosa y suavemente la recosté en la cama.

Me incliné sobre ella, bajando por su cuello, tomando sus pechos, mientras ella se retorcía bajo de mí. Tatiana se sujeta a mis brazos y mis hombros, enredando sus dedos en mi cabello, bajando por mi pecho y sentía como ella seguía las líneas de mis tatuajes, trazando caminos con sus dedos.

La miré esperando alguna reacción cuando tomé su ropa interior y se la bajé poco a poco y sentía que Connor aullaba dentro de mí.

—Mi deliciosa mate— le dije.

Me incliné entre sus piernas besando sus muslos, dejando suaves marcas, pero quería… ir a su centro mismo. Ella se veía nerviosa, y yo quería mostrarle que estábamos hechos el uno para el otro. Que yo había sido terrible con ella, pero podría ser mejor, que este vínculo, era importante, esto nos daría felicidad y nos mantendría con vida. Yo la necesitaba terriblemente.

—Prometo que será… muy intenso y placentero— le dije levantándome para verla.

Todo su cuerpo temblaba y yo solo necesitaba que ella estuviera más relajada. Ella asintió,, y yo continué con mi labor. Por la diosa luna, yo había nacido para estar con esta sexy criatura.

Sus gemidos se hicieron más deliciosos y ella empezó a retorcerse. Era tan hermosa, adorable y sensual que yo quería guardar este momento por siempre en mi mente.

—Mate es un sueño…— decía Connor y Tatiana gritaba sosteniéndose de las sabanas desesperada.

Sentí que ella estaba cerca y aceleré y ella llegó gritando y temblando. Cuando me levanté ella respiraba ajetreadamente. Su piel brillaba y yo prácticamente era un tonto, viéndola.

Acariciaba sus piernas mientras la veía, desnuda en la cama, todas sus curvas expuestas para mí, sonrojada.

—Eso fue… yo… jamás imaginé algo así— dijo con un suspiro observándome y yo sonreía.

—Tu mate sabe exactamente qué hacer para ti…el vínculo me dice qué hacer, como llevarte a lo más alto— le dije y ella se sentaba para verme, su cabello caía de lado y ella aún se tapaba, como si no hubiese visto y probado todo de ella. ¿Cómo podía seguir insegura? Después de lo que había sucedido hace poco entre nosotros. Tenía que hacerla sentir como una diosa. Sí, eso era lo que tenía que hacer.

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