Una curvy para el Alfa romance Capítulo 48

Tatiana

Había dormido mejor que nunca, eso era seguro. Cuando abría los ojos lo primero que veía era mi habitación. Y ahí… estaba él.

Sebastián.

Yo… había intentado con todas mis fuerzas alejarme de él. Él era mi mate, pero también mi verdugo, quien me hizo tanto año y destrozó mi vía.

Y, sin embargo… había caído a sus brazos a la primera oportunidad. Y no podía dejar de negarlo, de que quería estar con él.

Pero con todo y eso sentía que quizá no tuvo que haber sucedido, no había sido algo del momento ni una locura. El deseo me gobernaba, me mandaba y yo caí.

Solo de verlo semidesnudo, todo su cuerpo… despertaba algo en mí que nunca había sentido: pasión, voracidad, anhelo. Había sido la noche más extraordinaria de mi vida.

Ahora Sebastián dormía a mi lado, desnudo, en mi cama, abrazándome. Podía sentir su piel cálida y como su olor me embargaba.

Suavemente, quité la mano de él que me sujetaba, abrazando mi cintura. De repente… necesitaba alejarme, para pensar.

Las manos de Sebastián eran hermosas, grandes, y con dedos largos, y mientras me volteaba para verlo acostado en la cama, rememoraba los deliciosos momentos que habíamos compartido. Él estaba aún dormido y se veía… extremadamente guapo.

Recordaba su piel con la mía, el peso de su cuerpo sobre mí, sus movimientos, sus gemidos…

Sentía ansiedad, miedo y… tenía terror de que… me gustara tanto estar con él que volviera a caer. Y me gustaba.

Me levanté al baño con cuidado y sentí que mis piernas flaquearon. Agradecía que no podría estar embarazada, él… solo podría embarazarme si él me marcaba… y creo que estábamos lejos de eso. Yo no creía que él me haya aceptado del todo.

Me quedé un rato, lavándome la cara y viéndome al espejo. Tenía pequeñas marcas que él me había dejado, mordiscos… supongo que de parte de Connor. Me había encantado cada gesto, cada palabra, cada marca.

Y mi cadera… tenía moretones de donde él me había tomado para unirme a él. Él agarraba mi cuerpo como si realmente le gustara. Mis curvas, mi cuerpo, mis defectos

Por la Diosa luna…

Recordaba su fuerza, su pasión, su entusiasmo. Sus músculos tensos del esfuerzo, su lengua haciendo cosas… impensadas.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa