Una curvy para el Alfa romance Capítulo 49

—Me sentía rara, estando desnuda, por la habitación, como si nada—

—Me gusta verte desnuda. De hecho me gusta bastante…— me dice muy serio. Yo siento que me sonrojo.

—Tatiana... ¿Te arrepientes de lo que sucedió anoche?— me pregunta y escucho un cierto tono de ansiedad en su voz.

¡Por la diosa luna! Fui… tan descaradamente feliz con él anoche. Es solo que… no es tan fácil.

—No no es eso... es solo que yo no imaginé algo así, es decir… no es que seamos desconocidos. Y era mi primera vez… yo no… no pensé…— digo sin poder terminar de hablar.

—Tú… ¿Tú esperabas hacerlo con alguien más?— pregunta y escucho molestia.

—Yo… imaginaba hacerlo con un novio… alguien con quien tuviera una relación duradera… tú sabes que… saliéramos y pasado un tiempo, pues…— digo y veo su expresión de ansiedad.

—Yo no soy tu novio… soy tu mate. Y eso significa mucho más— dice de inmediato, molesto.

—Yo… no tengo un lobo. Yo… había imaginado una vida normal, un enamoramiento humano, simple… alguien que me quisiera, a quien yo le importe— digo y él se ve dolido.

—Tú… eres todo para mi Tatiana…no te puedo dar un enamoramiento normal. Te puedo dar un enamoramiento para toda la vida— dice tomando mi mano y sé que está sufriendo.

—Verás... yo solo había salido con Nicholas antes…— digo y él ruge molesto ante la sola mención de él.

—Yo pensé que iba a conocer a pocos hombres en mi vida, y soñaba… con conocer a alguien… — él cierra los ojos como si no le gustara lo que le estoy diciendo.

—Tatiana....— dice entre dientes. Sé que no puede escucharme hablar de otros, pero, yo necesito hablar.

—Déjame explicar, por favor— le ruego y él asiente, aun sosteniendo mi mano.

—Nicholas... pues me dió a entender de que yo no era lo suficiente atractiva como para llevarme a la cama… y habíamos tenido pocos acercamientos…—

—No sé si realmente quiero escuchar esto…— dice cerrando los ojos con fuerza.

—Tatiana…— dice triste.

Me cuesta terriblemente alejarme de él, de su piel, de un Sebastián matutino y hermoso. Pero tengo que hacerlo. Tengo que tomar el control de algo. Yo entro a la regadera y mentalmente no puedo dejar de pensar en donde estuvieron sus manos y sus labios en mi cuerpo.

Lavo mi cabello y me quedo pensando en qué sucederá. Quizás debería empezar a soltar, por una vez dejar de analizar todo, dejarme llevar.

De repente la puerta del baño se abre, me pregunto si es que él necesitaba algo, y cuando menos lo espero él está ahí viéndome, detallando me bajo el agua mientras yo siento que mis rodillas tiemblan.

La mirada que me da es de hambre y solo de verlo… siento deseo, vergüenza, miedo, pasión… todo.

—Sebastián… — le digo susurrando, adivinando sus pensamientos cuando él camina hacia mí, completamente desnudo. Se ve fantástico, sexy, como un sueño.

Este sexy alfa…en este momento, a mí parecía lo mejor del mundo, así ofreciéndose a mí en este baño, viéndome bajo la regadera. No me veía, no existía para él… y ahora, estaba aquí. En mi casa.

—¿Te importa si entro contigo?—