Una curvy para el Alfa romance Capítulo 61

—No sé cómo... pero todo esto está relacionado… y el punto común es Marco— concluyo.

—Entonces tenemos que actuar cuanto antes— dicen y aun cuando yo sé que ellos no es muy fan de mí. Siento que tengo unos importantes aliados. Me siento más fuerte. Y lo que es más importante, si ellos están de mi lado, tengo mayor probabilidad de que Tatiana me acepte.

Por buena parte del día yo hablo con ellos y preparamos planes. También viene David, y empezamos a organizar cómo protegernos de Marco, y cómo vigilar a nuestros enemigos.

—Ella tiene dudas, por la mirada que tiene, no sé te aceptará del todo... Alfa— dice Marina mientras vemos a Tatiana bromear con Henry. Yo gruño ante su comentario.

—Solo estoy siendo sincera. El daño que sufrió ella en manos de Medianoche... fue muy grande—

—Lo sé... — digo sintiendo un nudo en la garganta.

—Ella se fue y desde entonces… la vi feliz en este pueblo, con humanos. Nunca fue feliz en la manada— dice.

—Yo quiero darle todo lo que ella desee... — digo rápidamente.

—Tati ya tiene una vida, una vida humana bastante sencilla pero agradable. Lo que necesita es seguridad. Al ser la mate de un Alfa está automáticamente en peligro, y si está sucediendo todo esto con el Concilio y los demás alfas... ya prácticamente tiene una marca en su espalda— dice ella y yo mi agito.

—Solo nosotros podemos protegerla…— ruge Connor en mi cabeza.

—No dejaré que nada le suceda...— digo. Ella se me para al frente, y se ve nerviosa, pero firme cuando me dice.

—Ella solo puede estar protegida en la manada, ¿y cómo la va a llevar a la manada? ¿Cómo va a lograr convencerla?— pregunta ella y yo prácticamente relincho. Debo reconocer que estos hermanos son fuertes y atrevidos.

—Yo no descansaré hasta que ella esté segura conmigo, en mis brazos haré lo que haga falta— digo entre dientes y ella asiente, dando pasos para atrás.

Antes de cenar, ella se aparta para hablar con sus hermanos, pero yo me concentro y la escucho. Necesito desesperadamente saber qué piensa ella.

—¿Estás segura de que estás bien? Tener un mate es una bendición... pero imaginamos que es difícil para un humano. Y... un alfa es otra cosa…— escucho que ellos le dicen. Ella suspira.

Y cuando siento que la situación no puede estar más tensa, escucho un ruido en la puerta, y el olor que me llega me hace saber exactamente quién está del otro lado.

No lo puedo creer. Voy corriendo hacia la puerta mientras todos me miran intranquilos y la abro de golpe.

—¿Sebastián, hijo... qué haces aquí?— pregunta mi madre mirándome sorprendida y ojeando la casa para constatar de quién es.

—¿Qué hago yo aquí? ¿Qué haces tú aquí? ¿Estás espiándome?— pregunto quizás con un tono amargo y ella sea amilana un poco.

—Estuviste ausente por mucho tiempo, sabía que algo extraño sucedía contigo. Me preocupabas…— dice y por sus ojos sé que es sincera. Pero por la diosa no quería que otros entraran de esto, por lo menos no ahora.

—¿Qué sucede?— escucho que los hermanos se acercan detrás de mí y mi madre está cada vez más perdida, hasta que siento que mi mate se acerca a ver quién está en la puerta de su casa, y mi madre abre los ojos de par en par.

—¿Tú? No puede ser… — exclama atónita.