Una curvy para el Alfa romance Capítulo 63

—¿Encontraron víctimas? ¿Algún cuerpo?— pregunto aterrado.

—Nada, no hay huellas de nada, solo olor a humanos— dice.

—Puede estar llevando a los humanos a otro lado— menciona David.

—Hicieron bien en avisar. No es normal... ¡vamos!— digo y me aparezco frente a Marco.

—Vaya, vaya... pero si acaso no es uno de los alfas más poderosos de la región... ¿Qué hace por aquí en un pueblo olvidado como este?— me pregunta con malicia.

—Yo podría decir lo mismo Marco, sin duda estás muy lejos de tu territorio y tú bien sabes que no debemos interferir en cosas de los humanos— digo y él bufa.

—Próximamente, este será territorio de hombres lobos, digamos que solo estoy analizando el terreno…— dice él y sus hombres se ríen.

—No hasta que el Concilio así lo decida— digo mientras él se acerca.

—Es cuestión de tiempo, Sebastián… tú y yo sabemos que el Concilio va a fallar a mi favor, no hay nada que le guste más a los hombres lobos que un terreno disponible que tomar, vivimos y morimos por nuestros territorios—

—Este es el lugar de muchas personas especialmente inocentes— le digo gruñendo y muchos de sus hombres se echan hacia atrás aturdidos con el poder de alfa que emano.

—¿Por qué no dices la verdad Sebastián...? ¿Por qué no dices que quieres este territorio para ti? Has estado demasiado unido a los humanos últimamente y eso es algo que nunca vi venir, especialmente después de lo que sucesión en Medianoche— dice.

—Nosotros como hombres lobos debemos respetar a todas las especies, sean de nuestro agrado o no... — digo firme. Y él ya está muy cerca de mí cuando me dice casi susurrando, pero muy claramente.

—¿No será qué estás muy interesado en la humana gordita traidora que perteneció a tu manada? La que tú mismo expulsaste—dice él y yo rujo.

—No te metas en lo que no te incumbe…—

—Ohhh ¿ya te dejaste encantar por sus curvas? Convengamos que tiene bastante carne de sobra. Claro que, no es precisamente mi tipo, a mí me gustan flacas y en forma como modelos, pero cada quien tiene sus gustos y debo reconocer que tiene sus atractivos…— dice y yo… solo de pensar que él ve a mi mate… casi pierdo el control.

—¿Sucedió algo?— pregunta tímidamente.

—Marco está buscando un enfrentamiento, quiere tomar parte del territorio de los humanos— digo y por un rato hablamos y ella me cuenta también de las desapariciones en el pueblo.

—¿Crees que tendremos un ataque? No podríamos contra ellos Sebastián…— dice ella preocupada y yo siento que tiembla.

—No te preocupes. Confía en mí. Confía en que yo no te voy a dejar sola por nada del mundo y que tus preocupaciones son las mías—

Mañana me he propuesto hablar con ella, es urgente que ella se quede en la manada mientras llegamos a cabo un plan. Los meros humanos no pueden saber que existen los hombres lobos, por lo que todo se hace más complicado.

Y mientras ella está en mis brazos, yo lucho con la urgencia que tengo de cargarla y llevarla a la manada en contra de su voluntad, ¿pero entonces en qué me convertiría?

Tengo que convencerla, enamorarla de mí. Los mates no pueden estar sin sus parejas, tengo que hacer que ella sienta eso por mí… o su vida correrá un peligro y con ella, la mía.