Una curvy para el Alfa romance Capítulo 74

Sebastián

Por la diosa... este hombre no entiende. El chico del bar me mira aterrado y tiembla en mis manos. Me doy cuenta de que debo lucir terrible.

—Tú...esos hombres…—

—Ya te lo dije, aléjate de mi camino y no te metas en lo que no te interesa— digo pasando de largo

—Pero lo que está pasando en el pueblo... —

—Yo me estoy encargando de ello— le espeto.

—¿Y cómo sé que tú no estás involucrado en esto? Estás muy pendiente de Tati... — dice y vuelvo hacia él y me coloco muy cerca.

—Aléjate de ella... ¿Qué quieres con ella?—

—No le hagas daño… es una buena chica…— dice aterrado. Le concedo que tiene el valor de acercarse a mí.

—Jamás le haría daño... y no quiero ni siquiera verte cerca de ella... — le digo empujándolo al suelo y sigo mi camino.

Ahora no solo tenía problemas en la manada, tuve que lidiar con un humano que estaba empezando a intentar meterse en asuntos de lobos, y que estaba exageradamente cerca de mi mate; sino que tuve que poner en su lugar a unos perdedores hombres lobos que estaban intentando sobrepasarse con Tati. Habían salido del restaurante… pero yo no los iba a dejar así como así.

—¿Quedó claro? ¡No deben acercarse a las humanas!— decía yo mientras golpeaba al último de los hombres, dejando su cara rota e hinchada. El hombre ni siquiera podía responder, pero se inclinaba ante mí a mis pies. Era eso o que no se podía levantar.

—Y sea cuales sean los temas que tienen aquí en este pueblo... pero recomendaría que se alejen de aquí— digo y los dejo a unos pasos del bosque, malheridos.

—Ahhh y ya que les gustan tanto los chismes y hablar de los humanos, pueden empezar a decirle a los otros hombres lobos que aquí hay un alfa extremadamente poderoso como ningún otro... y que si no quieren tener problemas conmigo, no pongan un pie cerca de estos límites— les digo mientras vuelvo al restaurante.

Espero a mi mate afuera, pensando en cómo tengo que decirle que tenemos que volver a la manada. Ella odia la idea, y preparo mi discurso que suena bastante bien. Pero en el momento en que la tengo cerca siento que todo se me olvida y solo soy feliz de que ella está aquí.

Y en lo que empiezo a comentarle de volver a Medianoche, puedo sentir su ansiedad y como su corazón se desespera.

Pero si eso no fuera poco... ahora su hermano estaba todo herido frente a nosotros y caía desplomándose.

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