Una curvy para el Alfa romance Capítulo 77

—¿Y qué vas a decir? Tú mismo me echaste Sebastián... tú me echaste como si no fuera nada, ¿y ahora vas a volver conmigo tomado de la mano? ¿Diciendo que yo voy a ser su… su Luna? ¿O es que otra mujer va a ser Luna?— pregunto y él me mira desesperado.

—¡Jamás podría ser otra! ¡Tú eres la única Tati por favor!— dice ofendido, veo sus ojos escandalizados.

—Tú me sacaste arrastrando, dejaste la marca de tus manos en mi brazo. Me sacaste como si yo fuese una ladrona, una traidora, peor que una basura... — digo con voz temblorosa y él se queda petrificado.

—¿Recuerdas que me dijiste?— le pregunto y él se ve adolorido. Él, un hombre alto y poderoso, fuerte como una piedra, se quedaba ahí perdido, dolido, casi a mis pies.

—Dijiste que yo era un lastre… que la manada estaría mejor sin mí. Dijiste que mis niños no eran mi familia, ellos eran hombres lobos y yo… nada. Y luego me dijiste que me fuera con mi gente y que era una humana asquerosa— le digo llorando y lo escucho jadear. Casi puedo sentir su dolor, pero créanme que lo que yo sufrí fue peor.

—¿Cómo vas a cambiar eso? Lo hiciste frente a toda la manada, ¿vas a decir que estabas equivocado? ¿Vas a decir que la diosa Luna te maldijo con una humana perdedora, débil y traidora?—

—Tatiana, por favor… no digas eso mi amor— dice arrodillándose ante mí, tomándose con una mano el pecho. Puedo ver sus ojos brillosos, casi podría jurar que hay lágrimas, pero ya ahora dudo que él las tenga.

—No, no harás nada de eso... seguirás buscando evadir la situación, seguirás buscando alguna opción que no involucre decir la verdad. Que ustedes se equivocaron y lo que yo dijera cierto, que los humanos no éramos los enemigos, sino tus propios aliados... —

—Tatiana… yo haré lo que sea, lo juro…—

—Nunca me aceptaste por completo... siempre vi la duda en ti Sebastián, tu inconformidad, y a la vez la pulsión del vínculo…—

—¡Te lo suplico, no pienses eso! Juro que nada de eso pasará, todo quedará en el pasado... yo te defenderé, tú serás mi prioridad... —

—¿En serio? ¿Y dónde estabas cuando todos me gritaban cosas? Cuando me ponían el pie para que yo me cayera, cuando me hería las manos y las rodillas, me trataban peor que a un animal... — le digo y él no tiene palabras.

—Muchas veces lo hacían frente a ti, tú te reías. ¿Qué pensará la gente de Medianoche cuando la chica que limpiaban las habitaciones y la casa de la manada sea ahora tu mate? Ellos que regaban cosas y lanzaban cosas al suelo, simplemente para reírse de mí... ¿Ahora me verán diferente solo porque tú lo dices? Hasta tu madre quiere cambiarme, según ella sacar una mejor versión de mí misma, una menos humana, más linda, más flaca, menor vulgar…— digo y él me ve horrorizado.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Una curvy para el Alfa