Una curvy para el Alfa romance Capítulo 83

—Te refieres a los humanos que hemos estado apresando…—

—Sí, te dije que teníamos que sacarlos poco a poco del pueblo, pero lo que no te comenté era qué hacíamos con ellos. Los vampiros han estado ayudando a venderlos…tienen una red con un negocio importante— dice Marcos y mi corazón casi se sale, y los ojos de Martín me muestran terror.

—¿Venderlos a quiénes?— pregunta el tal Pablo.

—A otras criaturas, vampiros, a otras manadas... los humanos son tan pobres y débiles que es difícil pensar que otros pagarían mucho dinero por ellos, pero hay gente que los quiere. Y parte de ese dinero se lo estoy dando los del Concilio— dice Marco muy orgulloso.

—Así que ellos están totalmente corrompidos…comprados por ti— dice Pablo algo inquieto. No hay que ser un genio para saber que esto es de locos.

—Digamos que el fin justifica los medios. Basta de que nosotros seamos la especie fuerte que no puede mostrar su fuerza y su superioridad ¡Somos lobos m*****a sea! No voy a arrodillarme a un humano débil— dice Marco.

—Y no hay pruebas, no pueden acusarnos de nada, ni siquiera de los ataques de hombres lobos y de vampiros a las afueras del pueblo. Y si alguien sabe… nadie les creerá. Es un plan maestro debo reconocerlo— dice Pablo. Marco le coloca una mano en el hombro.

—Entiendo tu preocupación alfa. A mí tampoco me gusta tratar con vampiros y con rouges

pero ya verás que dentro de poco nos vamos a deshacer de ellos. También del Concilio— Pablo traga saliva.

—Pero para que todo esto tenga éxito necesitamos a la chica— dice Marco.

—Sebastián está metiendo sus narices donde no le incumbe, pero si tenemos a su preciada mate, y negociamos con él, podremos hacer que se calle, controlarlo. Un hombre lobo hace lo que fuera por su mate, o al menos eso es lo que dicen— indica Marco viendo a nuestro alrededor.

—Si, aun cuando Sebastián fue sin duda fue maldecido con esa humana tan ordinaria... Tatiana…— añade y Martín parece cada vez más espantado.

Sin duda estamos escuchando información extremadamente importante, que será muy útil… en caso de que realmente salgamos vivos de aquí.

—¡Tati eso es una locura! ¿Estás bien de la cabeza?— me dice mirándome sobresaltado.

—Lo siento Martín… no debería contártelo peor es la verdad. Ya escuchaste tu mismo… estamos en peligro, todos en el pueblo. Tú has visto el movimiento extraño, y sé que te has dado cuenta de que esta gente… no es como nosotros— digo y él está confundido, no es para menos.

—Esto… no puede ser…—

—Tenemos que salir ahora, y rogar porque no nos encuentren… esta gente es violenta y poderosa, tenemos que alertar a los demás ¡Buscar a los desaparecidos!— digo y él asiente. No le importa si lo que digo le parece una locura, él parece entender la urgencia de las cosas.

Nos levantamos para irnos, empiezo a pensar como demonios vamos a huir de aquí y volver al pueblo, mientras dos de las especies más poderosas nos están buscando… cuando de repente escuchamos ruidos de varias pisadas a lo lejos. Y prácticamente quedamos paralizados.

Escucho aullidos, rugidos y una pelea a las afueras. Cuando vemos que entran lobos al granero, que se transforma en humanos, y una batalla se desarrolla ante nuestros ojos.