Una curvy para el Alfa romance Capítulo 85

—¿Secuestran humanos?— pregunto.

—Humanos… y otras criaturas…— dice de manera misteriosa y no da más detalles de a quién busca o su relación con ellos, lo que me queda claro es que estamos ambos en el mismo lado.

—Alfa mire... la granja— me susurra David y por supuesto ya sabíamos que todo esto que era sospechoso, pero ahora no quedan más dudas, pienso cuando vemos la granja a lo lejos e instantáneamente aparecen hombres que se transforman en lobos.

—La manada Razzio…— digo antes de transformarme y veo a lo lejos a Marco que huye.

—Me encantaría ir a matar a ese desgraciado, pero tenemos que conseguir primero a mate... mate es y siempre será primero— dice Connor y ataca a los lobos que se vienen sobre nosotros.

Yo lanzo un rugido que se debe haber escuchado en todo el bosque y voy dando zarpazos, llevándome por delante a los enemigos. Connor no puede pensar, solo desea tener a su mate cerca y todos estos hombres lobos se interponen entre él y ella.

—¿Qué demonios es eso? ¿Quién es ese que tiene tanto poder?— escucho gritar a uno y voy a perseguirlo y le arrancó la cabeza. La sangre se va derramando por todo el bosque, y sé que aún no ha terminado.

—¡En la cabaña alfa!— dice una guerrera y ahí nos aproximamos.

—¡Mate está aquí! ¡Pero no encuentro su olor!— dice Connor desesperado mientras mis hombres ya se adelantaron, entrando a la granja y al establo donde otros hombres lobos están huyendo, sin saber que ahí encontrarán su muerte.

Yo tomo mi forma humana y desnudo me acerco a ellos. Los veo temblar y hace un intento desesperado por atacarme. Mis guerreros pelean y otros revisan los alrededores, mientras yo avanzo a los más fuertes.

A uno le rompo el cuello directamente, otro intenta dispararme supongo que con una bala envenenada. Yo le quiebro la mano de un solo golpe, y el arma cae al suelo. Él hombre se queda gritando de dolor.

—¿Dónde está? ¿Dónde está?— pregunta Connor en mi cabeza desesperado.

Hay un olor a gasolina y también a otros hombres lobos y yo me angustio pensando si realmente ella estará aquí o todo esto ha sido una trampa y un engaño.

Encaro al hombre lobo que ya me mira con ojos desorbitados, sabiendo que no estoy bromeando y que vengo capaz de hacer cualquier cosa.

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