Una curvy para el Alfa romance Capítulo 92

Tatiana

—Pero ella es... humana—

—Luna, creo que debe haber habido un error…—

Miradas y comentarios de desaprobación tal como yo había imaginado. Los invitados me veían abriendo sus ojos de par en par y los podía sentir tensos, como si sus propios lobos dudarán de lo que está ocurriendo, como si no confiara en sus propios sentidos.

A lo largo de mis años de estadía en Medianoche habían sido muchísimas personas las que me habían maltratado y francamente no había muchas distinciones: hombres y mujeres, guerreros y trabajadores, omegas e inclusive niños.

Pero sin duda los peores habían sido las personas más cercanas a la familia del alfa, quienes tenían más poder y, por lo tanto, podían hacerme más daño.

Y ahí estaban por supuesto el padre de David, Antonio, y la hermana del beta, Janet, así como el grupo de hombres importantes que andaban con Sebastián cuando era un adolescente, los hijos de anteriores guerreros, las chicas más fuertes, los amigos del alfa y la Luna... toda una comitiva del terror para mí.

Gente importante me había dicho Noemí, y yo… simplemente me había quedado paralizada. Me gustaría decir que yo había superado ya estas cosas, que quizás me había repuesto, había aprendido de esto y me había hecho un poco más fuerte.

Pero la realidad es que nunca me había preparado para volver aquí, todo en mí se negaba y, por lo tanto, no había olvidado los horrores que experimenté, aún vivían en mis pesadillas, y sin duda las estaba reviviendo como una terrible segunda parte, y ninguna segunda parte fue buena nunca.

—Lobos de Medianoche... demuestren un poco más de respeto— decía Enriqueta, sin poder creer lo que veía, me tomaba por el brazo en un gesto más que nada protector.

—Yo ya les había dicho que nuestra invitada era humana y que merecía toda nuestra consideración y atención, pues era una persona muy especial— decía Nancy, que parecía que la situación se le estaba saliendo de las manos. Y yo me pregunto ¿qué esperaba ella?

—Sí, una humana, pero definitivamente nunca imaginamos que iba a ser ella, precisamente no ella…— decía el hijo de un guerrero que yo recordaba que particularmente le gustaba ensuciar todo para verme limpiar, el suelo.

Jorge, creo que se llamaba. Él, definitivamente, se habían dado cuenta de que yo no era nada simple humana cualquiera, sino alguien que ya conocían. Cuando todos parecían haberme olvidado.

—Luna Enriqueta... quiero que preferiría irme yo…— susurraba yo. Mientras la hermana de David, Janet, se levantaba de su asiento y se acercaba a mí con cara incrédula.

—Pero nosotros no conocemos a ningún humano, no desde lo que hicieron a nuestra manada… y todo lo que perdimos. Nunca más un humano piso territorio de Medianoche— decía ella perdida.

—Señores y señoras, por favor tenemos una invitada y tenemos que tratarla con respeto…— decía Nancy ahora intentando poner algún tipo de orden.

El resto de las personas no sabía qué hacer, era como si lo subiesen invitado para una fiesta, pero llegaron y se daban cuenta de que no era nada de lo que esperaban.

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