Una curvy para el Alfa romance Capítulo 99

— Es tu decisión pequeña, pero seas humana, hombre lobo, vampiro o bruja el vínculo te llegará y te golpeará tarde o temprano—

— ¿Entonces no tengo remedio? ¿No tengo opción?— pregunto y ella no se molesta conmigo que siquiera considere dejar a su nieto, ni tampoco me ve como una tonta, sino que sonríe y acaricia mi cara.

— Creo que la decisión está entre que intenten solucionar las cosas, o pasar la vida con un dolor en el alma. Sus almas están conectadas pequeña.. es difícil de explicar. Y créeme que yo soy la primera mujer en decir que si un hombre te hace daño o te trata mal… debes hacerlo a un lado... inmediatamente. Y créeme que le di su reprimenda a Sebas. Él sabe que hizo mal. Sufre del pasado que no puede cambiar y está dispuesto a enmendarlo— dice ella.

— Es tu mate mi niña, ¿Lo entiendes? Y por definición haría cualquier cosa por ti. Pero además de eso, yo lo conozco y sé que es testarudo como sus padres, orgulloso y fuerte... pero también tiene buen corazón y sé que está desesperado— dice y me sigue abrazando.

— Él te ama… incluso más que a una mate. Cada dificultad… lo hace amarte más, ansiarte más. Pero tú tienes el poder. La decisión—

— Pensé que iba a pedirme que acepte a Sebastián de vuelta…— digo.

— Entiendo a mi hija que así lo desea y es su único hijo, su más grande tesoro en un matrimonio... no muy feliz. Pero... ¿Qué harías con volver con alguien solo para tener resentimiento? Cuando quieras verlo tiene que ser una decisión que nazca de tu corazón, que tú realmente creas que hay posibilidades de estar juntos— dice y yo me quedo pensando las palabras que esta mujer sabia me dice.

— Sebastián está dolido, solo de pensar en que tú sufres. Él está sufriendo solo porque tú estás sufriendo y porque no tiene forma de remediarlo. Y aunque se muere por verte… respeta lo que tú has dicho, tus deseos— dice ella dándome un beso en la frente.

— Piénsalo bien mi niña... no es una decisión apresurada. Pero ten en consideración algo: al menos que tú rechaces a mi nieto... tú eres la Luna de esta manada, no importa lo que piense en los demás van a tener que aceptarlo, ¿cómo? No lo sé, pero la diosa tiene sus formas y hay que confiar en ella—

— Gracias Enriqueta… por estar—

— Es el deber de una Luna estar para todos. Pero debo reconocer que te tengo un cariño especial— dice sonriendo.

— Ahh y por favor come algo y cuídate qué tienes a varios integrantes de esta manada realmente preocupados. Esa loba afuera parece que le va a dar un infarto— dice Enriqueta y yo me asomo a ver que Noemí camina de un lado para otro, angustiada.

Esa noche ceno con ella, Martín, y mis hermanos y todos están extremadamente contentos de verme mejor. Yo pienso en las palabras de Enriqueta y en cómo tengo que tomar responsabilidad de mi vida y no solo huir o protegerme del pasado.

Tengo que crear un futuro y la gran pregunta es si estoy dispuesto a hacerlo con él. Y si no... ¿Podría rechazarlo?

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