Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 108

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En el camino de regreso, el cielo se oscureció rápidamente y el aire tenía un toque húmedo, como si esa noche fuera a caer una gran tormenta.

Rafaela entró en el ascensor y de repente sintió su corazón dar un fuerte salto, haciéndola sentir que casi no podía respirar.

A las diez y media de la noche, Horacio Romero acababa de salir de una cirugía, regresando del hospital de la mano con una niña vestida con un vestido de flores y abrazando un osito de peluche. "Papá, mira, ¿no es esa la señorita bonita de allá?"

Horacio miró en la dirección indicada y vio una figura apoyada en la pared, con la mano en el pecho. Se dirigió hacia ella, pero antes de que pudiera acercarse, un hombre en las sombras apagó su cigarrillo, dejando caer la ceniza antes de pisar la colilla aún encendida con su costoso zapato. Justo en el momento en que Rafaela se desmayó, aquel hombre llegó primero y la sostuvo en sus brazos.

Horacio reconoció al hombre que apareció de repente, con su mirada altiva y una presencia impresionante, ya lo había visto antes.

"¡Eres un malvado! ¿Qué le vas a hacer a la señorita bonita?" gritó Sonia.

Horacio la corrigió: "Sonia, no seas grosera."

"La última vez apenas nos cruzamos, aún no sé cómo te llamas," dijo Horacio.

Liberto pasó junto a Horacio sin mirarlo, "No eres digno de saberlo."

Vaya, era ciertamente un tipo sin modales.

Por instinto médico, Horacio se dio la vuelta y advirtió: "Ella sufre una desaceleración cardíaca repentina y necesita ser llevada al hospital de inmediato. En su estado, no puede seguir bebiendo alcohol, el cual afecta tanto a los vasos sanguíneos como al corazón."

No recibió respuesta alguna de Liberto.

Liberto sostuvo el rostro de Rafaela, la recostó en el asiento del auto y le abrochó el cinturón de seguridad antes de rodear el vehículo y sentarse en el asiento del conductor, dirigiéndose al Hospital Ángel del Cielo, el mejor de la zona.

Cuando salió del quirófano, el médico quirúrgico, aunque llevaba una mascarilla, no pudo ocultar su mirada seria. "¿Es usted un familiar del paciente?"