Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 122

"Para que luego ni siquiera puedas pagar la dote. Sr. Liberto... cuando una mujer se casa, la dote es muy cara."

Cuando Rafaela se casó con él, ni siquiera hubo una ceremonia, mucho menos una dote; solo obtuvieron un certificado de matrimonio que valía unos cuantos dólares, nada más.

En ese momento, Rafaela no esperaba que un joven pobre le diera algo especial, después de todo, la familia Jara ya era muy rica, así que no le importaba si le daban algo o no.

Cuando su papá se enteró, quiso que Liberto se quedara a comer, pero él no se quedó, y Rafaela tampoco insistió. Al día siguiente, Rafaela se mudó a la nueva casa que Liberto había comprado, y así pasaron los días... un año se fue volando.

Mientras Liberto pudiera heredar y manejar bien la empresa de su padre, el amor o no amor... para Rafaela no era importante.

La mayoría de la gente a su alrededor estaba en matrimonios arreglados sin amor, así que Rafaela lo había visto todo y ya no le importaba. Al final, si tenía que casarse, prefería hacerlo con alguien que al menos le agradara.

Deslizó la tarjeta de crédito en el cinturón de Liberto, apartó su mano y salió del dormitorio. Se dejó caer en el sofá, mordisqueando una manzana, con las piernas cruzadas sobre la mesa de centro. Tenía el control remoto en mano, cambiando de canal. Por casualidad, la televisión estaba retransmitiendo el último desfile de moda de viki.

Lo hacía a propósito...

Subió el volumen al máximo.

"Me duele un poco el pie, ven a ponerme algo de crema. No me uses esos ungüentos baratos que no sirven, si me queda una cicatriz fea, ya verás..."

Rafaela giró la cabeza hacia Liberto, sus labios se curvaron en una sonrisa perfecta, sus ojos entrecerrados, aparentemente sonriendo, pero con una frialdad evidente.

"Claro, señora, voy a buscar el medicamento ahora."

La criada nunca había visto una 'señora' tan difícil de complacer.

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