Penélope contuvo la respiración, sintiendo su corazón latir con fuerza y rapidez, como si se le fuera a salir del pecho. Se quedó atónita por un momento y luego asintió rápidamente.
Liberto estaba sentado en el lugar principal al final de la sala, cruzando las piernas. De repente, en el grupo de chat que había estado silencioso en su teléfono, sonó una notificación: "Urgente, ¿alguien sabe cómo quitar esta cicatriz rápidamente? Rafaela no se ve bien con el vestido." El mensaje era de Maritza Cruz.
En ese momento, Rafaela estaba rodeada por diseñadores de peinados, vestuario y maquillaje. Llevaba puesto un vestido sin tirantes, pero una cicatriz en su hombro afectaba la estética. En el espejo, Rafaela, con un aire de pereza despreocupada, apoyaba su cabeza con una mano, dejándose arreglar por los estilistas. Sus rasgos eran delicados y su piel tan suave que apenas necesitaba maquillaje. La maquilladora apenas tuvo que delinear sus cejas y aplicar un poco de labial...
Incluso un gesto distraído de ella era una muestra de belleza impresionante e inalcanzable...
"La señorita Jara no suele asistir a fiestas, ¿tiene pareja para esta noche? Díganlo de una vez, puedo llegar rápido ahora."
"Elíjanme, nadie más que yo puede estar a la altura de la Srta. Rafaela."
Maritza rodó los ojos frente a su teléfono. "Ustedes ni se miran al espejo. Esta noche ella es la pareja de mi hermano, cuidado con lo que dicen, no quiero que mi hermano los ponga en su lugar."
Tras ese mensaje, el grupo quedó en silencio. En momentos críticos, todos sabían comportarse.
El proceso de arreglar a Rafaela tomó casi dos horas, y estaba tan cansada que casi se dormía, inclinando la cabeza y casi cayéndose. Hasta que un hombre en traje blanco llegó y, justo cuando Rafaela cerraba los ojos y su cabeza caía, una mano sostuvo su rostro. Ella pensó que era Maritza, así que no abrió los ojos y se durmió tranquilamente.


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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza Reencarnada de la Rica Heredera
Excelente novela...