Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 405

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Liberto dijo:

—No hace falta que comamos juntos. Cuando el Sr. Cruz celebre la fiesta por el primer mes del bebé, por supuesto que brindaré con él y el regalo será generoso, no te preocupes.

Rafaela, que estaba bebiendo agua con tranquilidad, casi se atragantó al escuchar esto. ¿Cómo sabía Liberto que Alonso tenía un hijo fuera?

—Perdón, señora, fue culpa mía por no cuidar bien a este perro y dejarlo salir a morder gente. La próxima vez no lo dejaré salir, lo prometo. Ya he comido suficiente, así que me retiro primero —dijo Rafaela, levantándose. Liberto, muy natural, tomó el bolso y el abrigo que estaban a un lado y se los alcanzó.

Octavia, lejos de alterarse por la repentina aparición de Liberto, siguió de buen humor, incluso sin cambiar la forma en que se dirigía a Rafaela:

—Veo que tu esposo es bastante posesivo, lo cual está bien… mucho mejor que Alonso, al menos él sí sabe lo que es sentir celos y luchar por lo que quiere. Anda, nuera, cuídate en el camino.

Al salir Rafaela del comedor privado, su expresión cambió de inmediato. Frunció el ceño, cruzó los brazos y caminó delante de Liberto, claramente molesta. Aun así, cualquiera que los viera notaría enseguida que eran pareja; se notaba que el hombre había hecho enojar a la mujer.

—Ya pagué la cuenta —dijo Liberto, mostrando que al menos en eso era responsable.

Al llegar al auto, Mauricio abrió la puerta trasera y Rafaela se sentó adentro. Cuando Liberto entró, notó que ella no llevaba puesto el anillo que solía tener en la mano.

—Rafaela, te dije que iba a venir a buscarte.

Liberto la había estado esperando en la entrada de la universidad por más de una hora y nunca la vio salir. Cuando fue a buscarla al edificio de clases, tampoco la encontró. Más tarde, descubrió que Rafaela lo había bloqueado del teléfono y que había estado todo ese tiempo con Alonso.

Rafaela soltó una risa irónica, llena de rabia:

—Cállate, Liberto. Es cierto que tienes poder y que tienes en tus manos información sobre el Grupo Jara, pero eso no significa que yo tenga que hacer todo lo que se te antoje, ¿entiendes?

—Tú sabes bien la relación que tengo con la familia Cruz, ¿por qué tuviste que decir esas cosas? ¿Qué te importa el hijo de Alonso? ¿Tus indirectas para quién son?