Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 619

Quizás así es como debía ser el destino.

Liberto había gastado todos sus esfuerzos en acercarse a la familia Jara, solo para averiguar la verdad detrás de la muerte de Viviana años atrás. Rafaela también formaba parte de su plan de acercamiento; antes de ver la bola de cristal, él no sabía que la familia Jara era la de aquella chica.

La primera vez que se encontraron no fue en Pico Nevado, sino en Luminara. Él trabajaba en la sucursal de Luminara del Grupo Jara, ya era gerente general del departamento de mercadeo y estaba a punto de ser trasladado como subdirector de Luminara. En ese entonces, Fernández había llegado a Luminara para una inspección.

Liberto la notó de inmediato. Ella aún no se había abierto al mundo, pero incluso sin decir una palabra, solo estando parada ahí, ya era lo suficientemente llamativa y cautivadora.

Rafaela, con diecisiete años, lucía su cabello negro y liso, suelto sobre los hombros, con algunos mechones cayendo sobre su frente y cejas. Su mirada era siempre distante, con un aire de pereza, y su aura era algo que él jamás había visto en nadie más. Con solo mirarla, uno sabía que era hija de una familia rica. Llevaba el uniforme escolar de falda corta del colegio privado afiliado a la Universidad Floranova. Seguía a Fernández al entrar en la sala de juntas, y Liberto pudo notar claramente que esa mirada se posaba en él—una mirada intensa… Solo en sus ojos había un leve cambio de emoción: curiosidad, diversión… como si estuviera observando a una presa.

Liberto nunca había visto en una chica de esa edad una mirada así: altiva, como si nada en el mundo le importara…

Pico Nevado fue el primer lugar al que Rafaela fue después de cumplir la mayoría de edad, y ella nunca supo que ese encuentro había sido planeado por él para acercarse a ella. El accidente por la avalancha sí fue una sorpresa; él podría haberse salvado solo, y si ella moría, Fernández no lo habría soportado—y así, nada de lo que siguió hubiera pasado.

Sin embargo, no sabía por qué, pero Liberto igual la salvó. A partir de ese día, Rafaela, tan radiante y audaz, empezó a aferrarse a él. Por una palabra de ella, a Liberto lo trasladaron directamente de subdirector de Luminara a la sede central, y en apenas dos años, se hizo cargo completamente del Grupo Jara.