—Esto… se acabó.
—Rafaela… —Liberto intentó explicarse de nuevo—. No importa lo que la familia Cruz le haga a Penélope, nunca he pensado en meterme.
Liberto prefería que ella se enojara, que le hiciera un berrinche, cualquier cosa… antes que verla así, tan calmada, con el rostro inexpresivo.
La única respuesta de Rafaela fue el sonido de la puerta cerrándose con fuerza. Cuando ella tomaba una decisión, era muy difícil hacerla cambiar de opinión.
La tragedia de la familia Jara y la familia Cruz en su vida anterior había sido culpa de él. Si Rafaela lograba cambiar algo en su relación con él, si dejaba de enredarse, entonces lo que pasó en el pasado sin duda podría cambiar.
Al volver a su cuarto, Rafaela llamó al despacho de un abogado.
—Necesito que me redacte un contrato de transferencia de acciones. Y sobre el acuerdo de divorcio anterior, póngase en contacto con el abogado Acevedo para añadir algunas cláusulas más.
Después de dar las instrucciones, Rafaela colgó.
***
En Bosques de Marfil, todos los empleados mantenían la cabeza gacha, sin atreverse a decir una palabra. Solo se oía el estruendo de costosas porcelanas al romperse, jarrones antiguos y hasta los platillos de la cena, todo barrido y esparcido por el suelo. En un instante, el piso se convirtió en un desastre. El ruido era tan aterrador que nadie se atrevía a hacer el menor sonido.
Mauricio vio a Liberto perder el control. Solo la señorita Rafaela era capaz de provocar algo así; nunca imaginó ver una reacción semejante en el siempre sereno y calculador Liberto.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza Reencarnada de la Rica Heredera
Excelente novela...