Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 723

—Cuidado… no vaya a ser que las palabras que dijo hoy se conviertan en el escándalo que caiga sobre usted mañana.

—Hay que saber dónde parar. Todo lo que se dice y se hace, se regresa… Y para que le duela más, en Floranova hay muchísimos abogados mejores que usted, y ni ellos tienen el privilegio de entrar aquí. Si usted pudo hacerlo hoy, fue únicamente gracias a la familia Huerta.

—Solo puedo decir que la familia Huerta… no tiene muy buen ojo para elegir a su gente.

—Qué poca clase.

Esa señorita Rafaela de verdad que… no le tenía miedo a ofender a nadie, se atrevía a decir cualquier cosa. Menos mal que la gente de la familia Huerta no estaba presente, aunque, para ser sinceros, se sintió bien escucharla.

—¿Y tú eres…? —preguntó Raúl.

—No tienes por qué saberlo. —Cuando Rafaela estaba por irse, se detuvo junto a Penélope—. Al fin y al cabo, fuimos compañeras. No tienes que estar tan nerviosa, Penélope, no te voy a comer.

—¿O será que no me tienes miedo a mí?

—Entonces, ¿a quién le temes?

—No le temo a nadie, Rafaela, estás equivocada.

—Pedro, nosotros… vámonos…

Rafaela no se olvidó de clavarle una última daga a Penélope. Se cruzó de brazos y tamborileó con el índice sobre el brazo.

—Penélope, no se puede estar en misa y repicando. Eres un ejemplo para los estudiantes, cuida tu imagen. Cuidado… no vayas a terminar con la reputación por los suelos.

Penélope entendió perfectamente la amenaza en sus palabras. Tomó a Raúl y se fue de ahí sin más.

La mirada de Amanda se fijó en el anillo que Rafaela llevaba en el dedo anular. Le resultaba familiar. Ese… ¿no era… el anillo de compromiso que Saúl le había dado a Abril cuando la familia Huerta y la familia Jara pactaron su unión? ¡Y él… se lo había dado a Rafaela!

Cuando Amanda miró a Liberto, vio que él no reaccionaba en lo más mínimo ante la situación de Penélope. Antes temía que el regreso de Raúl lo hiciera perder el control y revelara su identidad, pero nada de lo que había imaginado sucedió.