Ayer me despreciaste por coja, hoy me deseas por reina romance Capítulo 12

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—¿No dijo mi abuela que mañana tenía que ir a cenar con la familia Zamudio? ¿Será que alguien está planeando evitar que yo vaya?

Beatriz preguntó con cautela, sin atreverse a mencionar que ese día había ido ex profeso al hospital para ver a Beatriz.

Al final, el hospital que había visitado era la mejor clínica de rehabilitación de todo Solsepia.

No era el mejor hospital general, pero sí el más renombrado en recuperación.

Si justo allí se encontraba con una persona con discapacidad, no había que ser genio para entender que todo había sido planeado.

—No le des tantas vueltas —Ismael respondió con desgano, sin intención de seguirle el juego ni de relacionar nada con Beatriz.

—Por suerte mi hermano está en el extranjero. Si estuviera aquí y supiera que tuve un accidente de carro, seguro ya estaría al borde del colapso.

Sonia intervino con voz dulce, casi fingida.

La familia Olmos era una de las más conocidas en Solsepia, y el hijo mayor, Gregorio Olmos, había sido amigo de Ismael desde la infancia.

Sonia siempre había sentido algo por Ismael, y cuando se enteró de que él se había casado con una mujer que no podía caminar y que, además, su matrimonio era solo de nombre, no perdió oportunidad para acercarse.

Fue así como Gregorio los descubrió varias veces juntos.

Con el paso del tiempo, Sonia terminó atada a Ismael, y en todos los lugares donde Beatriz no podía verla, la relación entre ambos era un secreto a voces.

Incluso los amigos cercanos de Ismael y la familia Olmos lo sabían y lo veían como algo natural.

...

El quince de cada mes era la fecha del banquete familiar de los Zamudio.

La abuela había impuesto esa costumbre hacía años, y nunca faltaba a la tradición. Rara vez se cancelaba, o al menos Beatriz nunca recordaba que hubiera ocurrido en los últimos años.

En la casa, Beatriz estaba supervisando que empacaran todas sus cosas.

Poco antes de las cuatro y media, Valeria entró a avisarle:

—Ya casi son las cinco, ¿no deberíamos irnos a la casa vieja?

—La cena se canceló, no vamos.

Valeria se sorprendió:

—¿Cancelar justo ahora? No será que van a traer a la otra mujer a la casa, ¿verdad?

Beatriz ni siquiera había considerado esa posibilidad, pero ahora que lo decía Valeria, no sonaba tan descabellado.