Ayer me despreciaste por coja, hoy me deseas por reina romance Capítulo 73

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—Entonces sírveme otra, —Liam le pasó su vaso con una sonrisa traviesa, dejando claro que andaba de buen humor.

Se le notaba la alegría en la cara, como si la noche fuera suya.

—Llevo dos años siguiéndola, y hasta ahora por fin puso en su lugar a esa gente tan descarada de los Zamudio. Si saliéramos huyendo después de todo, hasta yo me sentiría frustrado.

La familia Zamudio no tenía remedio. Ni hablar de otras cosas, solo de Isabel, esa anciana tan venenosa.

Una y otra vez se aparecía en la casa, siempre lanzando ofensas, buscando herir, y cada vez soltaba la palabra "lisiada" para lastimarla.

Su propio hijo casi muere, le salvan la vida y ni agradecida es. Al contrario, le termina reclamando a la persona que lo salvó.

Gente así, de verdad, ni merecen compasión. Hasta uno pensaría que lo mejor habría sido que su hijo sí se muriera.

—Tranquilo, —aunque el reloj marcaba veinticuatro horas para el desenlace, Beatriz seguía inmutable.

Ni siquiera hacía falta esperar al amanecer para que todo reventara. Lo bueno estaba a punto de comenzar.

—¿Me enviaste lo que te pedí para Sonia?

—Ya está hecho, puedes estar tranquila, —Liam asintió con seguridad.

—¿Y quieres que Gregorio le ponga un alto a Carlota?

—Así es, —Beatriz, sin darle importancia, se sirvió otra copa de vino—. Los Olmos solo quieren aprovecharse de los Zamudio para que su cadena de hoteles salga a la bolsa, pero no pienso dejar que se suban a ese tren. Si Gregorio se mete con Carlota, Ismael va a salir a defender a su consentida y no va a dejar que los Olmos consigan lo que buscan.

—¿Cómo se llama eso? ¿Pegarle al árbol para que caiga la fruta del vecino? —a Liam le brillaron los ojos, fascinado.

Cada vez que veía a Beatriz mover las piezas con la mente, se convencía de que estudiar sí servía para algo.

Mucho mejor que resolver todo a golpes, como él solía hacer.

Sentado en el sofá, Liam dejó escapar un suspiro.

—Definitivamente estudiar sirve. Yo solo sé arreglar las cosas a la brava.

—Tú también tienes lo tuyo. Sin acción, el conocimiento se queda estancado, —Beatriz le dedicó una mirada cálida, tratando de animarlo.

...

En el Mercedes negro.

Sonia iba hecha bolita en el asiento del copiloto, abrazada a su almohada, con el ánimo por los suelos.

Gregorio manejaba con el ceño fruncido, sin ganas de decir ni una palabra.