Comenzó una guerra, conquistó el mundo romance Capítulo 44

Zamira reconoció al hombre cuando la puerta se abrió. «Es el hijo de uno de los amigos de papá. Supe que se había ido a vivir al extranjero».

—Señor, señora, ¡cada día están más jóvenes! Aquí tienen algunos regalos que he traído del extranjero —saludó Tadeo de forma amable.

Regaló a Aarón unas lujosas botellas de vino y a Catalina unos caros productos de maquillaje. Aarón y Catalina estaban encantados de recibir los lujosos regalos del extranjero. «Estos regalos se convertirán en un gran tema de conversación con nuestros amigos y familiares. En comparación, Leandro es un yerno inútil. Nunca ha aportado nada útil a nuestra familia».

—¡Estás tan guapa como siempre, Zamira! —Tadeo se acercó para besar las mejillas de Zamira mientras la halagaba. Pero ella se inclinó para evitarlo de manera instintiva.

Leandro se interpuso entre Zamira y Tadeo.

—Lo siento, ¡aquí no practicamos esa forma de saludo!

Tadeo ignoró a Leandro y le dijo a Zamira con una sonrisa:

—¡Feliz cumpleaños, Zamira! ¡Te gustará la sorpresa que te he preparado para esta noche!

Zamira asintió con la cabeza.

—¿Ah? ¡Gracias!

Tadeo desvió la mirada hacia los padres de Zamira.

—Señor, señora, mis padres también asistirán al banquete de cumpleaños esta noche.

—Tampoco tienes que hacer nada por tu cuenta, Tadeo. Eres excelente solo con el apoyo de tus padres.

Al poco tiempo, llegó un Passat. Aarón y su familia fueron a recibir a los visitantes en la puerta. Una pareja bajó del automóvil. Eran los padres de Tadeo.

Ramón iba vestido de manera formal con las manos a la espalda. Parecía competente y desprendía un aire severo por el aspecto de su cabello pulcramente peinado. A su lado, Josefina, llevaba un atuendo un poco informal. Pero su excelente temperamento, fruto de sus años de experiencia laboral en el departamento gubernamental, saltaba a la vista.

—Bienvenidos, Ramón, Josefina —los saludó Aarón de manera apasionada.

—Hmm.