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¿Cómo conocí a mi sugar daddy? romance Capítulo 10

— Resolveré su problema cuanto antes.

Y justo en el instante en que un camarero se acercó a ellos con la comida, el hombre se disculpó amablemente y caminó en dirección al maitre con quién desapareció del comedor.

Ella llevó una de sus manos entre las piernas, por encima de la falda, en un intento por parar las vibraciones que empezaban a hacerle querer moverse de un lado a otro, estando todo lo quieta que podía, pero cuánto más se removía, más intensa se volvía la estimulación.

¿En serio creía que ella sería capaz de hacerle una pregunta en ese momento? Sí le costaba no ponerse a gemir ahí mismo como una maldita gata en celo.

Definitivamente, tenía que calmarse, tratar de controlarse, recordar que se había comprometido a hacer cualquier cosa que a ese hombre le complaciera, por un tiempo, limitado, solo dos semanas y si quería que él la tomara antes y largarse con sus 400.000 debía acceder y hacer que Marius la desearla.

La única pregunta que se le venía a la mente era una que podría hacer que ese hombre le resultará aún más fácil de entender y que se la haría nada más volvieran a quedarse a solas, pero en cuanto eso sucedió notó como la vibración volvía a incrementarse, sin duda Marius había vuelto a aumentar la intensidad del juguete haciendo que le fuera más complicado aun contenerse.

— No te dejes ir, no te corras, te prometo que si aprendes a contenerlo, el placer será mucho más intenso.—Explicó en cuanto volvieron a quedarse solos tomando una langosta y llevándosela a su plato para arreglarla a la perfección, sacándole toda la carne del cuerpo y las pinzas para luego intercambiar su plato con el de ella y le fuera más fácil comerla— ¿Y dime, qué hay de tu pregunta, que deseas saber de mí?

—¿Por qué un hombre como tú, tiene que hacer este tipo de cosas, ya sabes, pagar por compañía?

— Para que seas capaz de entenderlo, debo enseñarte realmente lo que es ser una sugar baby, sé que no era del todo tu intención, y que, por alguna razón que no logro comprender, solo estás interesada en vender tu virginidad y perderme de vista, pero yo voy a hacer que disfrutes del proceso, que te des cuenta de lo que puedo darte y la vida que tendrás a mí lado estos meses si te quedas conmigo.

Le hizo una señal para que empezara a comer mientras él también llevaba la otra langosta a su plato, aunque esta vez no se la arregló del mismo modo, solo sacó la carne de las pinzas y se la llevó a la boca.

Capítulo 10 ¿Qué desea saber de mí? 1

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